(El caso de Vieira Argentina S.A.)
La actual situación de Vieira Argentina S.A. se encuentra surfeando un mar tormentoso de un concurso preventivo pronto a resolverse, con secuelas y daños que dejó una expropiación que luego se declaró nula. En toda esta tormenta la trayectoria histórica en lo social fue omitida y jamás puesta en valor como experiencia de ser socialmente responsable. Presentamos hoy algunas evidencias de un pasado que da cuenta de los aspectos de una empresa pesquera que pensó y actuó de esta manera, aquí en Puerto Deseado y en el resto del mundo donde realiza inversiones y operaciones productivas y comerciales, como legado de enseñanza familiar de quien construyera los futuros pilares de un grupo empresario hace más de un siglo.
(Año 2 / Edición Nro. 60/24 de Agosto de 2015 / Puerto Deseado)
Para la familia empresaria Viera las acciones de responsabilidad social no son un tema ajeno en su historia. Ellos poseen una amplia experiencia en este tipo de prácticas de gestión empresaria en los lugares en donde opera y ha operado, tal es el caso de Senegal, Perú, Sudáfrica y España.
Hemos identificado como pilares de solidaridad el apoyo al deporte, la educación, la acción social y la cultura. Esto se traduce en el acompañamiento realizado a comedores escolares, a centros de atención para ayuda humanitaria para personas en situación de calle, inversión para equipamiento educativo, ayuda humanitaria para la protección de los derechos de la mujer, la organización y sponsoreo de actividades vinculadas al deporte en las áreas de ciclismo y atletismo.
Integrarse a la Comunidad para crecer de la mano…
La primera oficina en Puerto Deseado de “Relaciones con la Comunidad” la inauguró Vieira S.A. por aquel entonces se intentaron desplegar acciones de responsabilidad social atento al espíritu y vocación de su fundador. Desde esa oficina distintas acciones de acompañamiento a instituciones comunitarias y actores claves pudieron ejecutarse a través de algunos programas y acciones que tenían como meta devolver a la comunidad parte de lo que la comunidad le entregaba.
Hoy todavía los proveedores locales relacionados a la industria naval recuerdan algunas de las acciones que esta empresa realizó en una época en donde los servicios estratégicos se contrataban exclusivamente en Mar del Plata, Bahía Blanca, Ushuaia u otras ciudades con trayectoria industrial pesquera.
La construcción de la planta da cuenta de lo anteriormente dicho, como así también el pedido al astillero local para la construcción del Tabeiron III, el primer barco pesquero construido en la Patagonia Argentina, por citar algunos ejemplos.
Esta empresa en sus momentos de mayor operatividad alcanzó a emplear para su flota marítima aproximadamente a 400 personas y otras 200 para las operaciones en tierra.
Dentro del acompañamiento social puede citarse el patrocinio de las ligas infantiles al Club Pibes Deseadenses, el acompañamiento económico e institucional para la realización de Festival del Langostino. La construcción del Centro Comunitario José Koltum y el posterior acompañamiento con la provisión de alimentos para la atención de personas en situación de vulnerabilidad social.
En el ámbito cultural acompañaron con la publicación de distintas ediciones de los Manuales Culturales Deseadenses autoría del periodista y escritor local Mario Dos Santos López, como así también el patrocinio para la realización de eventos musicales con importantes artistas del orden nacional que organizaba el Municipio Local. Y en el ámbito educativo, cabe destacar que son padrinos activos de la Escuela Nro. 56.
Para reflexionar….
En Puerto Deseado aún queda pendiente en su agenda comunitaria y de gestión publica comenzar a pensar y reflexionar en cómo construimos de manera conjunta, a través de la recuperación del diálogo y la reconstrucción de la confianza, un esquema de desarrollo local que permita “sentirnos”, como ciudadanos y empresarios de empresas trasnacionales, que esto no es una relación bipolar, sino que somos uno: “la comunidad”. De esta manera evitaremos en el futuro quedar atrapados en la red de “irresponsables sociales”, para que en el juego del desarrollo quedemos todos empatados. Y la responsabilidad Social sin lugar a dudas es su mejor herramienta.
Hoy los empresarios reclaman en charlas de café estar cansados de haber puesto “plata para el Pueblo” y que nadie queda satisfecho con su inversión social. Quizás en este reclamo se silencie experiencias como la de Vieira que al no haber sido sistematizadas hayan caído en el vacío de la memoria.
Hoy que la Responsabilidad Social se ha transformado en un indicador para obtener financiamiento internacional y es una llave para lograr aceptación de las comunidades puede representar un buen punto de partida para re pensar la reconstrucción de la relación con la comunidad.
Muchos sabemos que el descontento de empresarios hoy se traduce por conducir un negocio al cual en su rentabilidad deben descontársele importantes “gastos de representación con organismos y autoridades”; en donde en definitiva la inversión social queda atrapada en una falsa percepción.
En el caso de la experiencia de Eduardo Vieira y su modelo de gestión social sigue siendo un activo de capital social que debe considerarse a la hora de preguntarse si fracasó socialmente hasta llegar a la crisis de concurso, ó si fracasó por haber depositado la confianza en manos de sus gestores financieros. Estas son las preguntas que hoy se hace la comunidad de Puerto Deseado.
Con la respuesta sincera a esta pregunta, quizás el empresario Vieira, no condene a la comunidad de Puerto Deseado de no haberlo protegido ante la decisión de las autoridades políticas quienes tienen hoy ya tienen garantizada su jubilación de privilegio.
Y de esta manera, no olvidarse de su legado familiar más allá de las circunstancias ocurridas, porque en este caso, tanto este empresario como la comunidad fueron víctimas de un plan perfectamente ideado por internos y externos enteramente irresponsables socialmente.
Por Blanca Montes para Observador Central.