A tan solo siete días de una contienda electoral que promete tener un resultado ajustado en tierra presidencial dónde quedaran tan solo ganadores y perdedores transitorios, presentamos en la siguiente nota algunos interrogantes y reflexiones acerca de cómo la provincia de Santa Cruz se ha instalado como un símbolo a nivel nacional dónde el Kirchnerismo combatirá hasta el momento final a la fuerza opositora Unión para Vivir Mejor. ¿Quién será el próximo Gobernador de la provincia de Santa Cruz? ¿Quiénes serán los vencedores? ¿Quiénes resultarán vencidos?
(Año 2/ Edición Nro. 68/ 19 de Octubre de 2015/ Provincia de Santa Cruz)
Los procesos electorales son máquinas trituradoras de personalidades y procesos políticos. La última semana de campaña satura de propuestas ingeniosas, guerra sucia, ciber militantes invadiendo de carpetazos de todo tipo, etc… mientras que en el fondo quedarán solo ganadores y perdedores transitorios.
En el escenario nacional, hay coincidencia de percepciones en que estamos ante un salto cualitativo de la democracia Argentina recuperada durante el año 1984. Celebrar elecciones democráticas es un patrimonio que, en un mundo convulsionado, todavía nos puede hacer creer que podemos estar más cerca de construir una república que un narco gobierno, sólo como ejemplo de antítesis.
En el escenario regional y provincial, hay baja conciencia histórica de que Santa Cruz impuso dos presidentes Argentinos. Específicamente, se podrá o no coincidir con “el modelo” Kirchnerista. Nos podremos preguntar si es compatible democracia con gobiernos autodenominados progresistas e índices de corrupción; nos podremos preguntar si la ampliación de derechos del modelo es compatible con una distribución equitativa estructural de la riqueza o son solo subsidios que toman la riqueza que no se podrá reponer jamás? En fin, vendrán más preguntas que toma de conciencia regional, mientras cientos de tesistas intentarán elaborar una comprensión del fenómeno Kirchnerista.
Uno de los aspectos más significativos del actual contexto histórico-social de la Argentina, en general y de Santa Cruz, en particular, consiste en la repolitización de las distintas generaciones. La repolitización ha venido de la mano de poner en tensión y conflictuar entre poder instituido (establishment) y poder instituyente (Kirchnerismo) ¿Por qué no ocurrió en Santa Cruz semejante fenómeno de repolitización de la juventud por ejemplo?
Con un estilo verticalista, con un discurso crispado, ampliado de mensajes, de contenidos de inclusión y universalización de derechos, para Macri y Massa parecieran ser términos intocables en sus promesas de campaña. Estos sostienen que “no se tocarán”, “se conservará lo que se viene haciendo bien y se mejorará donde haya que corregir”. NO hay vuelta atrás.
Ahora bien: ¿Cómo conciliar derechos aceptados de no ser vulnerados con crisis sistémica de la economía? Inadvertido fuera de los “círculos rojos”, el subsidio y el débil manejo de la política fiscal y macro económica dejaron al “Modelo” y a la derecha neoliberal de la Argentina en una interfase que les obliga a transferir la economía al sector más conservador del peronismo reciente: Daniel Scioli.
Por ello, independientemente de quién resultara ser el ganador presidencial, la Argentina deberá enfrentar una nueva brecha de desigualdad social estructural, es decir, deberá convivir con nuevas formas de pobrezas. No se construyó ni desde el Estado, ni desde los sectores opositores acuerdos anticíclicos. Empezaremos el nuevo período explicando por qué hay que devaluar.
En Santa Cruz, el cisma de ruptura con el “Modelo” nacional, que hace un par de años amagó cambiar a Daniel Peralta, se diluyó en su propio yoísmo -y se le filtró entre las manos- transfiriéndolo a Massa y al Frente Renovador. Tardíamente, Daniel Peralta intentó presentarse como ejemplo de autonomía provincial, pero ni su efecto mediático logro capilarizarse en su propia militancia. Quienes viven de la cultura del subsidio y nuevos compromisos, lo estarán esperando el día 26 de Octubre al igual que tantas otras veces dónde sólo su carisma puede hacer creer que le ganará a Eduardo Costa y a Alicia Kirchner juntos.
La Doctora Alicia Kirchner ha venido a jugar un papel ajustado a la incapacidad que tuvieron los dirigentes provinciales de construir liderazgos fuera de los Kirchner. En nombre de la memoria histórica, de lo construido, desafía con más trabajo profundizar su experiencia nacional en el territorio provincial. Su piso y su techo, tienen como riesgo que la estén haciendo hablar entre públicos cautivos y no nuevos electorados. Tal vez, se encuentre muy lejos de la realidad social y cultural que ha cambiado estructuralmente desde su alejamiento del territorio para cumplir un rol político inédito en la historia nacional.
La Dra. Alicia Kirchner, se presenta algo más que como candidata a Gobernadora, y soporte electoral de Máximo Kirchner. Alicia Kirchner, es por sobretodo el último símbolo de un tiempo que ya no está más: Néstor Kirchner. Para el peronismo total de Santa Cruz (Frente para la Victoria – Partido Justicialista) y la Cámpora con raíces construidas en Buenos Aires, Alicia tiene que ganar sí o sí por el partido ¿Pero si gana? ¿Quiénes pierden?
Como contrapartida al riesgo, al interior del peronismo total santacruceño, creció a la sazón del abandono de las comunidades políticas de Santa Cruz, la fuerza opositora Unión para Vivir Mejor. Digo a la sazón pues mientras entronó el kirchnerismo en el sector público, aburguesándose en una suerte de “clase media surgida del Estado”, un empresario avenido a la política comenzaba a capturar la demanda y las necesidades “populares” de los nuevos ejércitos de excluidos y desocupados del modelo de mercado de trabajo provincial y nacional.
Entorno a la incursión del radical Eduardo Costa, creció una oposición muy diversa, incluida del mismísimo radicalismo conservador y “gorila”. La próxima derrota de Costa –de llegar a ocurrir- no será así solo la derrota de una fórmula electoral opositora; su derrota, será también la de una generación de políticos del Peronismo, del Radicalismo y del Frente para la Victoria que en silencio saben que su oportunidad de continuidad en la política quedará socavada por quienes ocuparán el poder político el 10 de Diciembre del 2015.
Esto no es un tema menor. Para muchos dirigentes del Frente para la Victoria y peronistas avenidos al Frente Renovador, y los que pronto serán marginados del peronismo provincial, tal vez no haya otra oportunidad objetiva. La Cámpora, es fiel al estilo nacional y se impondrá con su estilo propio, con sus nombres y con su sistema de calificación interna, tal cual como lo hizo hasta ahora dejando muertos y heridos. Esta será una de las formas más visibles que asumirá la renovación política en Santa Cruz.
Por último, el Frente Renovador. De la mano de un peronista incuestionado por cualquier “peronómetro”, de la noche a la mañana “El Colo Pérez” resultó la gran sorpresa para los círculos políticos. No así para el ciudadano común y peronista descontento que vio en esta una opción inteligente de montarse a la ola del cambio sin ser acusados de “traidores”.
Independientes, ex del Frente, peronistas ortodoxos, junto a radicales descreídos del radicalismo conservador de Santa Cruz, terminaron presentándose como una opción que en definitiva podría ayudar con varios puntos a colocar a Eduardo Costa como Gobernador a cinco puntos por sobre el Frente para la Victoria Santacruceña. Si este no es el final, el Radical estaría perdiendo -como contrapartida- por 3 puntos según las fuentes de confianza del propio FVS. La visita de la Presidente Cristina Fernández de Kirchner, ha sido un indicador directo de este escenario, legítimo de combatir hasta el final por los puntos que se redimen en Caleta Olivia.
Por Ignacio Guillotín para Observador Central