(Año 4/Santa Cruz /30-12-2019/ISSN 2422-7226)
La periodista y activista Ana Correa escribió Somos Belén para que el mundo supiera que en la Argentina sí hay presas por aborto. La presencia del presidente Alberto Fernández en la presentación del libro, y el abrazo que le dio a la joven que estuvo detenida durante veintinueve meses en Tucumán, fue más de lo que había soñado, y le da esperanzas en que pronto sea ley.
Ana Correa supo que quería contarle al mundo la historia de Belén después de la votación de la ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo en el Senado, cuando uno de los latiguillos de quienes se oponían a la legalización era “en la Argentina no hay mujeres presas por aborto”. Les lectores de Página/12 siempre supieron que no era así, la historia de la chica tucumana que pasó 29 meses detenida tras ir con dolores abdominales al hospital Avellaneda de Tucumán estuvo siempre en las páginas de este diario . A Ana Correa le interesaba que el mundo supiera que sí había personas gestantes penalizadas en la Argentina y lo consiguió: la propia Margaret Atwood prologó su libro, Somos Belén. Y eso se siente al recorrer las páginas, que cada una podría ser esa mujer sometida a la violencia del estado que la condenó sin pruebas, le negó el derecho a la defensa y todavía no reparó el daño. La presentación de Somos Belén en Buenos Aires se convirtió en uno de los hechos políticos del año: el presidente –entonces electo- fue, abrazó a Belén y le preguntó qué necesitaba. Ella se tuvo que mudar a la provincia de Buenos Aires por el estigma de su historia, sobrevive con un trabajo precario en el conurbano. Sólo le pidió que el aborto sea legal. Ese abrazo entre Alberto Fernández y Belén es un momento que Ana Correa atesora para siempre: “Es la primera vez que un presidente se abraza con una mujer presa por aborto”.
Ana Correa se distancia de cualquier pretensión de objetividad. “Me pongo mucho en el lugar de Belén. Si la gente no se conmueve con lo que le pasó a Belén, ya no tengo esperanza de nada. Y ver que el Presidente se conmovió con esto, que estuvo la mayoría del gabinete. Yo quería que sucediera esto, pero nunca soñé que iba a ser tan hermosa y emotiva la presentación”, vuelve a vivirlo en la voz. La autora es abogada y siempre trabajó en comunicación política, es también periodista, conduce junto a Gonzalo Heredia el programa Notas al Pie, en Radio Con Vos, estuvo en el grupo de comunicadoras y periodistas que impulsó el primer Ni Una Menos y se define como “muy muy activista”. Cree que 2020 será el año del aborto legal. “Está muy cerca pero es fundamental que sigamos movilizadas”, enfatiza.
Cuando habla de su relación con Belén, a Ana se le quiebra la voz. Hubo empatía durante el proceso de escritura del libro, sí. Y en dos momentos Ana sintió que vibraban en la exacta frecuencia: Belén le dijo que quizás decidiera dar a conocer su verdadera identidad cuando la ley se apruebe, algo que era la hipótesis de trabajo inicial para la escritora. Hubo otra epifanía: “Me acuerdo y me pongo a llorar. Fue cuando me dieron los primeros dos libros que salían de imprenta y nos juntamos urgente con ella para recibirlos al mismo tiempo”. Estaban conversando en un café del microcentro, a flor de piel, llorando.
Ana arrancó: — Yo estaba pensando, se me ocurrió… tenía el delirio de que en la presentación haya máscaras.
–No puedo creer que me digas esto, era lo que yo te iba a pedir, que hubiera máscaras en la presentación, no puedo creer –dijo Belén, llorando.
Ana cuenta en tiempo presente: “Venía viendo si me animaba a pedirte eso”. Y avanza con una idea fuerza de su trabajo. “Todas vivimos con una máscara, mientras el aborto sea ilegal todas vivimos con una máscara porque tuvimos que ocultar los casos que conocimos, tuvimos que ocultar las situaciones por las que pasamos, entonces, empezar a discutir el aborto es empezar a sacarnos la máscara. Vamos a estar a cara descubierta el día que el aborto sea legal”.
–Construiste el libro desde una emocionalidad y una empatía muy intensa no sólo con la protagonista, Belén, sino también con quienes la apoyaron. ¿Fue una estrategia literaria?
— Me salió naturalmente porque la verdad es que el estilo de escritura que desarrollé tiene mucho que ver con la empatía, es algo que no le puedo sacar. Y por otro lado, estaba haciendo un taller con María Moreno y también fue una charla. Yo quería que al leer ese libro también se generara empatía con el que lo lee, no quería el lugar de distancia que a veces ponemos con las víctimas, que las ponemos en un lugar distante. Y tiene que ver también con una convicción, porque Belén la pasó súper súper mal, pero en cada uno de los pasajes vos también encontrás que hay muchas mujeres reflejadas en toda la serie de injusticias que ella sufrió. Entonces, se juntaron las dos cosas.
–La intención inicial, según has dicho fue contar que en la Argentina sí había presas por aborto, al contrario de lo que decían por los días del debate los sectores antiderechos.
–Por un lado, contar esto que hay mujeres presas por aborto, pero también llamar la atención sobre lo que implica que esté penalizado el aborto, como por ejemplo que Belén al día de hoy no se anime a dar a conocer su verdadera identidad. Me parece tan simbólico eso, porque hay una creencia instalada en que cualquier mujer que tenga un aborto, sea espontáneo o sea provocado, cometió un delito. Para una mujer que nació y creció en Tucumán y que su familia vive en Tucumán, sigue siendo difícil cargar con una situación que estuvo vinculada a un aborto, por más que haya sido un aborto espontáneo. Entonces también buscaba, yo sé que era muy ambicioso todo lo que buscaba, pero buscaba que se entienda la gravedad de que el aborto esté en el Código Penal.
–¿No crees que Belén se hizo tan emblemática justamente porque era un aborto espontáneo, que hubo un fondo moral donde se decía no quiso hacer el aborto?
–Había mucha gente que no sabía a fondo el caso de Belén, no sé si fue tanto por eso. Sí creo que evidencia el horror de las creencias que se instalan alrededor del aborto porque es un caso extremo. Pero no sé si hay un tema moral porque si hubiera un caso de aborto provocado y alguien estuviera presa, creo que todo el movimiento de mujeres que reaccionó para defender a Belén hubiera hecho lo mismo. De hecho reaccionamos así cuando hay una víctima de muerte por aborto clandestino. Creo que quizás sirve entre comillas para demostrar lo irracional que se vuelve todo.
— Desde este diario es contó, pero algo que impacta en tu libro es ver con toda claridad cómo a Belén se le negó el derecho a la defensa, que desde el vamos fue culpable para todo el sistema judicial…
–Para mí lo que se ve clarísimo es cómo la sociedad patriarcal tiene más peso que las normas escritas, porque su defensa falló absolutamente, se le vulneraron absolutamente todos sus derechos, pero por otro lado, que eso también está en el libro, lo quise reflejar, a partir de ahí se ve cómo las abogadas feministas son las que vienen a traer justicia. Desde Soledad Deza, pero también el argumento que toma la Corte Suprema de Tucumán para decir que fue inédito que la culpabilidad se haya determinado con los argumentos de la defensa, es un argumento de la titular de la Comisión de Género de la Defensoría General de la Nación, Raquel Asensio. Ella, en el amicus que presenta es donde llama la atención sobre que no le garantizaron una buena defensa. Entonces me parece que el quiebre es la justicia patriarcal por un lado que te culpabiliza y por otro lado, cómo es importante que haya mujeres feministas en la justicia, porque ahí se empieza… Después está todo el tema comunicacional y movilización social, pero desde el lado de la justicia lo que empieza a hacer justicia es el feminismo.
–Si bien Belén es la protagonista de tu novela, la heroína es Soledad Deza.
–Absolutamente. Una de las cosas hermosas que me pasó con este libro es que cuando lo presenté en Tucumán después me escribió una chica trans y me dijo te fui a ver a la presentación y quiero que sepas que después de escucharte decidí que voy a ser abogada especialista en violencia de género, porque hace mucho que buscaba un lugar donde poder ayudar a otras mujeres y acabo de tomar esa decisión después de leer el libro y después de ver la presentación. Y a mí me pareció maravilloso porque es necesario que conozcamos la historia triste e injusta que pasó Belén y es hermoso que nos demos cuenta todo lo que podemos trabajar para desarmar las injusticias. Así que sí, sí. Digamos, hay mucho sobre Soledad, que es realmente para mí, yo le decía yo quiero que después vean la película, que se haga una película y que todos quieran ser como vos. Pero también está la periodista, la diseñadora, hasta la guardiacárcel que la quería cuidar. Cada una de las pequeñas luchas feministas puede dar vuelta la historia.
¿Creés que Belén significó un salto para la lucha del aborto en la Argentina?
–Yo creo que sí, claramente sí, porque es la primera vez que se habló en los grandes medios de un caso de aborto y costó un montón… porque las primeras veces titulaban homicidio, donde más costó fue en Tucumán, el lugar donde más tardó en salir en los medios. Claramente sí, porque digamos por dar a conocer este caso, por cómo se organizó el movimiento de mujeres, por un montón de cosas, yo creo que es un punto importantísimo, y con la esperanza que tenemos de que en 2020 sea ley, claramente se despegó a partir de este caso.
–Belén sigue sin decir su nombre, porque dar a conocer la identidad en su momento fue un castigo adicional…
–La decisión de ella era que no se conociera su nombre, entonces, tanto los primeros jueces que la condenaron, como dos de los medios más importantes de Tucumán, quebrantaron su voluntad pero además daban a conocer su nombre asociado a culpabilizarla de homicidio, o sea, absolutamente todo mal. Entonces sí, claramente es un tema de violencia y tiene mucho que ver con su decisión de haberse ido de la provincia.
–Te hiciste amiga. ¿Qué te gustaría que le pase a Belén?
— Me gustaría que tuviera un buen trabajo, y que más allá de la decisión que tome pudiera sentirse segura para decidir si quiere o no dar a conocer su identidad, que deje de ser una carga para ella, y también que de alguna manera tengan algún tipo de reparación ella y su familia, porque yo cuando estuve en Tucumán fui a conocer a su familia y el maltrato que recibió esa familia fue algo que… cualquiera de nosotros estaría a los gritos de enterarse. Una crueldad inusitada de parte del Estado y por parte de delincuentes con los que se cruzaron. Delincuentes como el primer abogado penalista que contrataron, que las hizo endeudar a todas a través de mentiras. Recién en julio de este año una de sus hermanas terminó de pagar el crédito que tomó para pagarle a ese abogado. Entonces, que Belén pueda recibir todo el amor que ella brinda, porque que ella se haya prestado a contar su historia tiene que ver con un acto de enorme generosidad y cuando estuvo con el presidente Alberto Fernández y él le dijo que la quería ayudar, ella dijo yo lo que quiero es que se legalice el aborto para que ninguna mujer vuelva a pasar por lo que yo pasé, entonces, que también pueda recibir toda esa generosidad y ese amor que ella brinda.
–¿Crees que la legalización está un poco más cerca que el 9 de agosto del año pasado?
–Creo que estamos súper cerca, te das cuenta con la integración del gabinete, donde salvo alguna excepción a nivel de Secretaría, tenemos un gabinete que se manifestó en distintas instancias a favor de la legalización del aborto. El día de la presentación del libro estaba en Buenos Aires no sólo el presidente electo, sino también estaba Vilma Ibarra, estaba (Gabriel) Katopodis (ministro de Obras Públicas), estaba Matías Lammens, ministro de Turismo de la Nación, también fue Valeria Isla que es la directora de Salud Sexual y Reproductiva de Ginés González García. O sea, hay un compromiso explícito e implícito del nuevo gobierno con la legalización y además me parece que también venimos fogueadas por el debate anterior, no les va a ser tan fácil a los senadores mentir en el debate y dar excusas fuera de la realidad para votar en contra. O sea, que yo creo que estamos muy cerca pero es fundamental que sigamos movilizadas las mujeres, tenemos que seguir peleando, hasta que… El día de la inauguración de sesiones ordinarias me encantaría que el presidente anuncie que manda el proyecto de ley, pero lo fundamental es que sigamos en estado de movilización porque todo lo que se está logrando es gracias a la movilización del movimiento de mujeres y con el tema del aborto por supuesto de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito.
Fuente Página 12