(Año 5/ Santa Cruz/ 16-03-2020/ ISSN 2422-7226)
Por Candela Navarro Moyano
Foto: Mella UBA
Si me perdiera en partes pequeñas, desparramada a lo largo, manoteada a lo ancho, herida en lo hondo, encendé una luz, un grito, una furia, para encontrarme, reconstruirme y mostrarle al mundo la inmensidad de mis cicatrices.
Si me perdiera con la piel quemada, el pelo encendido, los dientes apretando las mil palabras que hubiera dicho si mi piel estuviera entera y no escamada, magullada, maniatada, encendé tu fuego y el fuego de las que puedan prender un fuego en la ancha avenida donde se encienden las injusticias.
Si me perdiera enterrada en el odio del que no entiende y no quiere entender, cubierta de estigmas, bañada en prejuicios, tapada por esa tierra que no conozco, que mis ojos ya no pueden ver, que mi nariz respira en un ahogo seguro, refugio impensado y cruel, gritá por mi garganta inútil y mis uñas sucias y mis pulmones muertos, gritá mucho porque yo ya no puedo y quisiera gritar desde abajo para que tiemble la tierra y ustedes me encuentren.
Si me perdiera vencida de tanto dar patadas, pateen tanto que las olas se hagan más grandes y que ellas, quizás, me encuentren.
Si me encuentran con los hombros chamuscados de cargar el dolor y los golpes, de la indiferencia absoluta de los que miran al costado ante mi pecho cansado, por favor, por favor, agarrensé las manos y soplen, soplen, soplen tanto que la ráfaga me levante los hombros, devuelva el aire a mis costillas.
Si me encuentran fatigada, tan pero tan fatigada que ya no se ve luz en mis ojos, muevan sus piernas, caminen, corran, cuéntenle a todos que yo antes irradiaba esa luz que me sacaron, injustamente.
Si me encuentran y ya no estoy, no estoy por esa mano asesina, macabra, si me encuentran y ya no estoy porque me perdí en esa bolsa, en esa ruta, en esa parrilla, en ese descampado, en ese vacío que yo no conozco y me da miedo y me siento con el cuerpo torturado por esa mano, transformada en eso que yo no soy, pequeñas partes, algo quemado, golpeado, enterrado, si me perdiera, pibas, no lo duden: ROMPAN TODO.