Año 5 / Edición XIX / Caleta Olivia / 27-06-2020 / ISSN 2422-7226
Por: Runachay Fauna
En Argentina, el 27 de junio se celebra el Día de Biólogo. En este día, del año 1812, se realizó el primer acto oficial vinculado a esta profesión en el país: por resolución del Triunvirato, a través de Bernardino Rivadavia, se empezó a gestionar la creación del primer Museo de Historia Natural de Argentina. Este Museo empezó a gestarse a partir de ese día, recopilando ejemplares, estudios, libros y material arqueológico que hoy forma parte del “Museo Argentino de Ciencias Naturales Bernardino Rivadavia”. Años más tarde, se decidió conmemorar este día como el Día del Biólogo.
Seguramente todos conocemos algún biólogo marino de esos que vemos en documentales, pero ¿qué hacemos los biólogos? Nos dedicamos al estudio de los seres vivos, y por lo tanto, existen muy pocas actividades o conocimientos humanos que no estén relacionados con alguna rama de estudio de la biología. No sólo se trata de animales y plantas, sino también de otros organismos menos populares, pero no menos importantes, y todas las interacciones que se nos ocurran que pueden ocurrir entre ellos.
Como ya todos podrán imaginar, la biología es una ciencia compleja y diversa. Es por ello que existen diferentes áreas dentro de las Ciencias Biológicas en las cuales nos podemos especializar, por ejemplo ecología, fisiología, evolución, genética, entre otras. Aunque el estudio de la biología parezca fragmentado , los organismos vivos forman parte de un todo, en donde cada parte se encuentra íntimamente relacionada. Si bien una bióloga o biólogo puede especializarse en alguna de estas ramas, antes adquiere los conocimientos básicos necesarios para interrelacionar todas las áreas pertinentes, para así construir el conocimiento y entender esas relaciones entre organismos y partes de organismos, siguiendo la idea de complejidad de la naturaleza.
Este hecho, sumado a que un biólogo o bióloga puede dedicarse a distintas especialidades dentro de la disciplina, como mencionamos anteriormente, permite que como profesionales ocupemos de los más variados espacios laborales. Como biólogas y biólogos, nos podemos desempeñar en centros de investigación universitarios, hospitales, laboratorios clínicos y genéticos, zoológicos, jardines botánicos, parques naturales, consultoras ambientales, cargos públicos, asesoramiento político, incluso en medios televisivos o películas y documentales de biodiversidad. Inclusive ahora, en medio de la pandemia por COVID-19, muchos de los profesionales que están estudiando el virus, su dispersión y buscando posibles vacunas y medicamentos, son biólogos.
Particularmente nosotros, somos 10 biólogas y biólogos egresados de la Universidad Nacional de Córdoba que nos especializamos y trabajamos en distintas áreas de la biología: algunos nos dedicamos al estudio de insectos o “entomología”, otros al estudio de las aves u “ornitología”, otros al estudio de la “mastozoología”, es decir de los mamíferos y otros al estudio de los peces o “ictiología”. A pesar de esto, desde que éramos estudiantes, nos vinculamos con la fauna nativa de nuestro país, y sobre el tráfico ilegal y mascotismo que sufren. Así fue que desde el año 2016 conformamos una agrupación llamada Runachay Fauna, destinada a difundir información científica sobre el tráfico ilegal de fauna nativa y su uso como mascota. Brindamos charlas y talleres sobre la temática en distintos niveles educativos, pero también informamos a través de las redes sociales.
Desde Runachay Fauna, estamos convencidos que nuestro deber no es sólo estudiar todo lo mencionado, sino también poder comunicar al respecto. De esta manera, todos podremos conocer una parte de nuestro planeta, nuestra historia y nuestro día a día para así generar propuestas y acciones que ayuden a resolver los problemas a los que hoy nos enfrentamos como sociedad humana y como parte del resto de los seres vivos que cohabitan con nosotros este planeta.