Año 5 / Edición XXVI / Caleta Olivia / 31-07-2020 / ISSN 2422-7226
Por: Dr. Daniel Mautor – Mat Prof: 285
Los investigadores utilizaron datos de movilidad de teléfonos celulares para estimar patrones de movimiento en los Estados Unidos desde enero hasta mediados de abril. Encontraron que la merma en la movilidad estaban fuertemente asociadas con disminuciones en el crecimiento de los casos de COVID-19. El efecto no se observó hasta al menos 9/12 días después de que disminuyó la movilidad, lo que se alinea con el período de incubación del virus.
Los investigadores escriben: «Este estudio apoya fuertemente el papel del distanciamiento social como una forma efectiva de mitigar la transmisión de COVID-19 en los Estados Unidos. Hasta que una vacuna COVID-19 esté ampliamente disponible, el distanciamiento social seguirá siendo una de las medidas principales para combatir la enfermedad propagar.»
Dentro de los 4 meses posteriores a la primera notificación de COVID-19 en los Estados Unidos, se extendió a todos los estados y a más del 90% de todos los condados. Durante este período, la respuesta COVID-19 de EE.UU fue altamente descentralizada, con directivas de permanencia en el hogar emitidas por funcionarios estatales y locales, sujetas a diferentes niveles de aplicación.
La ausencia de una política centralizada y una línea de tiempo combinada con la dinámica compleja de la movilidad humana y la intensidad variable de los brotes locales hace que sea un desafío evaluar el efecto del distanciamiento social a gran escala en la transmisión de COVID-19 en los EE. UU.
Conclusiones
Nuestros resultados respaldan firmemente la conclusión de que el distanciamiento social desempeñó un papel crucial en la reducción de las tasas de crecimiento de casos en varios condados de los Estados Unidos durante marzo y abril.
Puede ser difícil reconocer el valor de un comportamiento seguro cuando la recompensa no es obvia y el peligro no es inmediato. Esto es particularmente cierto dadas las repercusiones económicas y sociales de la respuesta COVID-19. Sin embargo, dada la ausencia de medicamentos antivirales probados o una vacuna, el distanciamiento social es una de las formas más importantes y oportunas para combatir la propagación de COVID-19.