Año 5 / Edición XVIII / Caleta Olivia / 21-06-2020 / ISSN 2422-7226
Hoy la realidad nos conduce inevitablemente a relacionarnos, respondiendo a necesidades y a una nueva forma de encontrar el amor virtualmente.
El avance que tenemos cada día en comunicación, en la ciencia, en la tecnología son evidentes, y la globalización nos mantiene en permanente comunicación, todo el tiempo informados, bombardeados constantemente y en interdependencia unos con otros. Lo que antes nos parecía inimaginable hoy podemos sostenerlo, las enormes lejanías en cuanto a acortar distancias, acceder y llegar inmediatamente a los diversos escenarios de la vida, y al mismo tiempo sentir esa conexión y una nueva forma de relacionarnos, compartiendo ideas, maneras de pensar, sentimientos, procesos, amores, amistad.
Y en esta cercanía-distancia y la paradoja que surge de las redes, conformando hoy un nuevo escenario en que nos conectamos unos con otros en tiempo real, del mismo modo en que sostenemos una estremecedora distancia, transformando nuestras relaciones humanas y en forma particular, nuestras relaciones amorosas.
Amar siempre ha sido un desafío, amar jamás fue sencillo. Es que la clave no son los medios, sino como nos involucramos a través de cualquiera de ellos. ¿Has aprendido a amarte primero?, ¿estás seguro de ti mismo?, ¿sabes escuchar?, ¿entiendes lo qué puedes ofrecer?.
Hoy la realidad nos conduce inevitablemente a relacionarnos, respondiendo a necesidades y a una nueva forma de encontrar el amor virtualmente. Estos medios cibernéticos crean nuevas e intrigantes experiencias y la sensación de lo desconocido, la sensación de posibilidad, de crear un vínculo y de generar un compromiso, y lo mas difícil, que el compromiso sea sostenido y constante con el deseo y no caer en la desesperación por la soledad.
La red no cura la soledad, por ello de ninguna manera podremos reemplazar el vínculo humano.
Siendo en ocasiones la relación de forma virtual, buscamos llegar a un encuentro persona a persona, pero a veces suele complicarse porque generalmente tendemos a idealizar al otro, y el miedo y la desilusión a no cumplir las expectativas hacen que todo quede en el camino sin perdurar en el tiempo.
Entendiendo que construir una pareja, relacionarnos en un compromiso implica renuncias, negociaciones, ceder, conocer y entender al otro, en muchos casos es difícil, teniendo en cuenta que hoy en nuestra sociedad se vive en una vorágine en donde todo se quiere rápido, y se descarta, sin tomarnos un instante para reflexionar y analizar y muchas veces tratar de comprender la necesidad del otro.
Al vivir en un mundo tan acelerado en el que hay prisa para todo, el Amor no es la excepción, hay prisa hasta para amar.
Sin embargo, los cambios tecnológicos pueden continuar facilitándonos el acercamiento y la interacción entre las personas, pero la calidad de esas relaciones dependerá, como en el mundo real, de saber reconocer quienes somos, que queremos, que expectativas y necesidades queremos cubrir, y hacia donde deseamos ir, sin olvidar de dejar de amarnos a nosotros mismos.
“Si amas a una persona, aceptas a la persona total. Nunca intentes cambiar a la persona que amas, porque el esfuerzo mismo por cambiar, dice que amas a la mitad y que la otra mitad de la persona no es aceptada. Cuando amas, simplemente amas.» – Osho.