Año 5 / Edición XVII / Caleta Olivia / 14-06-2020 / ISSN 2422-7226
En estos días que atravesamos de confinamiento, siempre hay una hora o un momento en el día que se nos hace más difícil de afrontar, y es en ese momento en el que deberíamos tratar de comprender de que estamos hechos. Detenernos a pensar
Por: Gabriela Giordano – Prof. Yoga
El día después, y esa sensación de que perdimos tiempo tras el confinamiento. Nuestras vidas cotidianas se vieron afectadas, y volver a la rutina puede que sea un proceso de adaptación que no nos resulte tan inmediato de lograr. Por supuesto, necesitaremos un tiempo, y eso no significa que estemos mal, simplemente es un proceso que requiere de lo necesario para retomar nuestras vidas, nuestra cotidianeidad, sintiendo que ya nada volverá a ser lo mismo.
Ante lo vivido, nuestras emociones se encuentran en estado de confusión, y detenernos tan bruscamente en un mundo tan acelerado, generó en nosotros una incertidumbre y desazón pocas veces experimentada. No existe una manera de afrontar el estrés que nos provocó esta experiencia y de hecho todo ha cambiado, y puede que nosotros también.
Expresar nuestro sentir desde lo positivo, expresar nuestras emociones puede ser de gran ayuda a la hora de procesar y evitar el aislamiento emocional, conectar con nuestros afectos, pareja, familia, amigos para poder formar un todo y sacar lo mejor de esta experiencia en conjunto.
Ahora es el momento de reflexionar ¿cómo hemos vivido como sociedad durante las últimas décadas? y ¿qué cosas deberíamos cambiar cuando la crisis haya pasado?
En estos días que atravesamos de confinamiento, siempre hay una hora o un momento en el día que se nos hace más difícil de afrontar, y es en ese momento en el que deberíamos tratar de comprender de que estamos hechos. Detenernos a pensar ¿qué es lo más importante en la vida y hacia donde debo orientar mis esfuerzos?, ¿en que he puesto mis prioridades, relegando lo que realmente vale la pena? o ¿cómo voy a afrontar las diferentes situaciones que hoy se me plantean?.
Es muy importante que, más allá de cuidarnos, utilicemos esta etapa como una valiosa e importante herramienta para conseguir mirarnos profundamente y descubrir en nosotros un mayor autoconocimiento, conectar internamente desde nuestras emociones, siendo capaces de escucharlas, aprendiendo a manejarlas, dedicándonos tiempo de calidad, ya sea en compañía de nuestros afectos o no, tratemos de buscar el apoyo necesario, observar todas las herramientas que se encuentran a nuestro alcance, ya sean Terapias Alternativas, como Flores de Bach, Reiki, Actividad Física, Yoga, Meditación, Deportes, una simple caminata. Dedicarnos un tiempo y tratar de detectar de qué manera puedo llevar mejor la situación que nos tocó transitar en nuestro hoy.
Respira
Has ejercicios de relajación con respiraciones, inhalando por nariz profundo, llevando el oxígeno al abdomen y exhalando por nariz muy lento.
Medita
Las meditaciones prácticas entrenan la mente, e inducen un modo de conciencia, ayudándonos a estar más estables emocionalmente.
Mindfulness
Puedes comenzar por meditar cinco minutos.
Yoga
Es una eficaz terapia de cuidado integral, que conecta cuerpo, mente y espíritu, se fortalecen y se serenan en su práctica.
Socializa
Busquemos relacionarnos positivamente con nuestro entorno. Relaciones que nos ayuden a llevar mejor la situación y tratemos de apoyarnos mutuamente.
Ejercita hacia lo positivo
Prueba escribir todas las noches antes de ir a dormir, una lista de cinco cosas positivas que te hayan ocurrido en el día, y por la mañana vuelve a leer esa lista que realizaste la noche anterior. Es una muy buena manera de entrenar tu cerebro para fijarlo en lo positivo y no en lo que te angustia. Por ejemplo: “He disfrutado tiempo jugando con mis hijos”. “He realizado ejercicio”. “He leído las páginas de un libro».
Recuerda que, al estar en equilibrio, y libre de estrés podremos estar de mejor humor y por consiguiente más productivos, y con capacidad de desarrollar nuestra propia superación y resiliencia ante la pérdida temporal del contacto humano, ante la pérdida de estar libres.
«No intentes entender la vida, vívela. No intentes entender el amor, ofrécelo y muévete hacia el» – Osh.