Tras haberse concretado en la Legislatura Provincial la sanción de la Ley que declara de Utilidad Pública y Sujeta a Expropiación a las más de treinta viviendas del histórico Sector Urbano del Barrio Gas del Estado de Cañadón Seco, te presentamos en ésta edición las manifestaciones del Comisionado de Fomento, Jorge Soloaga, quien ha sido el principal promotor institucional de este proceso.
(Año 2/ Edición Nro. 73/ 08 de diciembre de 2015/ Cañadón Seco).
Dicha Ley surgió de la iniciativa y estrategia institucional planteada por el propio jefe comunal, que lógicamente fue acompañada por los vecinos del barrio y de toda la comunidad, para luego ser presentada formalmente en la Legislatura Provincial por el diputado Rubén Contreras.
El presidente de la comisión de fomento, electo por más del 70% de la ciudadanía de Cañadón Seco, también expresó su total reconocimiento y gratitud por el gesto y la gestión legislativa.
«La alegría, el sentimiento de gratitud y la enorme felicidad que envuelve al pueblo es absoluta entre los vecinos y en mi persona”, expresó.
Soloaga recordó a un notable vecino: don Gregorio Llampa quién falleciera hace pocos meses y fuera una de las personas que “me acompañó decididamente en este proceso, para presentar el proyecto que termina con tanta angustia e incertidumbre de la gente de tan importante barrio por la insensata conducta empresaria de la empresa Camuzzi”, remarcó.
Por ello destacó que este sin dudas fue un día histórico para el pueblo de Cañadón Seco y que quedará en la memoria de todos.
Cabe mencionar que el texto de la Ley va a ser entregado formalmente y oficialmente a los vecinos el día 13 de diciembre, en el marco del acto en el que Jorge Soloaga asumirá la conducción institucional como primer presidente electo por la propia comunidad.
Vale recordar que con el proceso de privatización de la década del ´90, esas casas y otros activos de Gas del Estado fueron transferidos a Camuzzi Gas del Sur, empresa que meses atrás buscó venderlas a las familias que las habitan desde hace casi cuarenta años a montos exorbitantes, sin contemplar ningún tipo de amortización por el paso de los años.
Fuentes Consultadas por el Equipo Editor de Observador Central.