(La Fundación Agencia de Desarrollo)
La sociedad de Puerto San Julián siente que se ha recuperado de una crisis que duró varias décadas. Actualmente presenta un alto nivel de satisfacción en la calidad de vida cotidiana de sus ciudadanos, lo que crea un entorno relativamente favorable para preguntarse y poder responder por su propio futuro. Este proceso de planificación se fue construyendo como resultado de un ejercicio social que posibilito participativamente que todos los actores protagonistas de la historia pudieran plantear preguntas y respuestas en el marco de una entidad creada para tal fin: La Fundación Agencia de Desarrollo local.
(Año 1 / Edición Nro. 37/ 16 de Marzo 2015 / Puerto San Julián)
Fundación Agencia de Desarrollo: Contexto de surgimiento
Puerto San Julián fue la primera comunidad en la provincia que contó con un proyecto minero metalífero en explotación. Producto de la desaceleración en la producción que se produciría en dicha actividad debido al agotamiento de los recursos, es que el Gobierno Local, conjuntamente con la empresa Cerro Vanguardia, se ocuparon de impulsar el desarrollo de actividades económicas sustentables. Así en el año 2004 se creó en acompañamiento con el Estado provincial, una Agencia de Desarrollo formada por organizaciones representativas de la localidad.
En el plano local comenzaron a aparecer en escena diversos actores que jamás se habían sentado a una mesa de manera para discutir el futuro impacto en la sociedad del fin de la minería metalífera. Se creó entonces la Fundación Agencia que tiene y contiene un componente que reúne al sector público y al privado, siendo financiada en gran medida (que no es un dato menor) por este último. Aun así, este proceso de construcción no ha sido simple ni gratis. En primer término, porque requiere de voluntad para pensarnos de otra manera, de imaginarnos en el futuro y así salir de la “eterna coyuntura”.
El desafío consistía en pensar entre todos, un plan de desarrollo estratégico. Este plan cuyo proceso constitutivo dependería de la propia acción del gobierno y de tal forma se fundamentaría en un compromiso ético que permitiría explicar los fines de la política pública propuesta a la sociedad. En este sentido planificar gobernando y gobernar planificando ha sido más que una consigna ya que muchas de las decisiones de las políticas públicas tomadas durante estos años fueron originadas en el propio proceso de “pensarnos en el futuro”.
El sentido de planificación propuesta, ha sido desde una concepción de la planificación situacional, es decir específica y pertinente para un lugar y un momento histórico determinado, ponderando desde una perspectiva social concreta, en este caso privilegiando una concepción nacional, popular, democrática e inclusiva donde el desarrollo sustentable con justicia social y equidad definen la axiología básica orientadora de todo trabajo social y de la reflexión sobre el futuro de San Julián y de toda la provincia de Santa Cruz.
La sinergia de una sociedad que planifica
La Fundación Agencia de Desarrollo es una concepción estratégica, es decir con vocación transformadora y reconociendo que en una sociedad democrática existen visiones distintas sobre el pasado, el presente y el futuro de acuerdo a los intereses y convicciones de los diversos actores sociales por ello la reflexión y la acción que posibilitó la planificación exigió crear los ámbitos y momentos para que estas diferencias se dirimieran en torno a la identificación de problemas y propuestas. Este Plan tuvo siempre en cuenta que la calidad de un gobierno se define por la calidad de los problemas que identifica y formula.
Somos conscientes que en un proceso de discusión de los problemas sociales, económicos, políticos y culturales de la propia sociedad la misma (esa discusión) no se agota y debe seguir revisándose y construyéndose de forma permanente como modo de gobernar. Esta idea alude al problema de la participación y la vinculación del modelo de desarrollo a crear una perspectiva cultural distinta a la individualista y fragmentaria.
Constituye también un campo de vinculación abierto en torno al modelo de desarrollo, el surgimiento alternativo de un paradigma sociocultural individualista que rigiera junto con la ortodoxia neoliberal. Se trataría de un modelo que replantee la constitución del lazo social, porque luego del desastre derivado de los ‘90 todavía existen muchos poderes intactos que se ocultan en muchos medios de comunicación y en los sectores más concentrados de la economía, acomodando un discurso “encantador” y hasta “progresista”, estamos asistiendo a un momento de aprendizaje de errores del pasado, por lo que parece necesario un pensamiento distinto, un pensamiento renovado de la comunidad.
San Julián, la ciudad del encuentro
Desde una comunidad como Puerto San Julián, alejada de los grandes centros urbanos es que cabe preguntarse: ¿Es posible la redefinición del bien común en sociedades complejas y plurales pero a su vez dentro de un inmenso territorio con pequeñas y aisladas comunidades y lejos de los grandes centros de decisión?
Es tentador el poder pensar en el desarrollo en términos teóricos, pero sabemos que ello no soluciona per se el desafío de generar un desarrollo genuino. Pensar en algo nuevo para una sociedad acostumbrada a esperar el maná del Estado Nacional y luego del provincial, que vivió durante cien años bajo la lógica de producción agropecuaria donde el “estanciero”, el “gerente” del banco y el “comisario” eran dueños de la verdad, el poder y el orden, no es un tema menor. Acceder a la posibilidad de escuchar otras voces y aceptar las diferencias, tener la paciencia suficiente para no tomar la decisión por sí sólo y a respetar a aquellos que no son oriundos del pueblo es bastante complicado de lograr. Muchas veces el pensamiento endógeno tiene muchas aristas y muchas voces conservadoras que no le interesan cambiar el statu quo que los ha hecho controlar la vida social, política y económica local. Lo más sorprendente es escuchar a aquellos que nunca participaron del círculo de poder defender al mismo.
El nuevo paradigma sociocultural no es único. Se realiza en cada pueblo, en cada ciudad, en cada provincia. No hay “un nuevo paradigma”, hay muchos y muy variados porque no podemos implantar un idéntico modelo a todas las realidades porque el resultado sería que ellas mismas romperían el proceso. Hay muchos paradigmas que responden a cada lugar, algunos pueden ser similares pero nunca iguales. Tenemos que aprender y comprender esta lógica y respetar lo que pasa con los valores, la cultura y la historia de cada lugar en particular.
Por otro lado, la gobernanza local debe permitir, por una parte, generar un proyecto colectivo propio y por otra parte, hacerse de recursos exógenos al territorio. Esto plantea la necesidad de la construcción de mayor poder y autonomía de los gobiernos locales.
No podemos dejar de lado una presunción implícita, y es que las instituciones políticas ya no ejercen el monopolio de la acción de dirigir la sociedad. Como consecuencia de los cambios referidos, parece estar produciéndose una transición desde unas pautas tradicionales de ejercicio del poder político basado en una relación de “un solo sentido” entre los que gobiernan y los que son gobernados, hacia un modelo de “doble sentido” en el que se toman en consideración tanto los intereses, percepciones y oportunidades de los que gobiernan como de los que son gobernados (Koiiman, 1993).
La construcción de capital social no tiene, desde nuestro punto de vista, el objetivo de generar institucionalidad por la institucionalidad misma. La idea central de la teoría del capital social es sumamente sencilla: las redes sociales importan. Las redes poseen valor, ante todo, para quienes se hallan en ellas. La promoción y generación de la confianza lubrica la vida social. El capital social puede ser, pues, al mismo tiempo un bien privado y un bien público.
También se puede calificar al “capital social” como las redes sociales y las normas de reciprocidad asociadas a ellas porque, al igual que el capital físico y el capital humano (las herramientas y el conocimiento, respectivamente), crean valor, tanto individual como colectivo, y podemos “invertir” en construir una red de relaciones. Estas redes de compromiso cívico facilitan la coordinación y la comunicación y amplían la información sobre la fiabilidad de otras personas. La cooperación es mucho más fácil si los contactos y la comunicación se repiten.
Cuando la actividad económica y la vida política están incrustadas en redes densas de interacciones sociales, se reducen los niveles de descontento y descreimiento de la política, más aún si la creación de este capital social está promovido y sostenido por el gobierno provincial y/o local.
Pensarnos en el futuro santacruceño…
Todo lo hasta aquí presentado, es que nos motiva a reflexionar acerca de la necesidad de replicar una experiencia exitosa como la de San Julián a todo el ámbito provincial. Se trataría de la construcción colectiva de un Plan Provincial con profunda mirada santacruceña. El Plan debería promover de forma estratégica en el corto, mediano y largo plazo: 1) Mejorar la equidad social, priorizando que la población más vulnerable tenga acceso a los derechos sociales y culturales; 2) Garantizar la sustentabilidad ambiental 3) Tender hacia la transformación económica considerando la competitividad del territorio, la diversificación productiva y la generación de empleo decente 4) Buscar permanentemente la equidad social y promover seriamente a nuestro capital social. De ese modo, su contribución mayor estaría relacionada con el desarrollo sustentable integral, que incluiría aspectos económicos, sociales, culturales e institucionales.
Ahora bien, hay que considerar que el proceso de planeamiento posee dos fuentes de diagnóstico: una situacional – brindada por la participación de los ciudadanos y actores principales de la localidad- y otra técnica – brindada por la participación de expertos en cada una de las áreas de trabajo-. Ambos deben contribuir a definir las líneas estratégicas generales y particulares para cada una de las áreas de intervención que puedan convertirse en políticas públicas locales y provinciales, y a la definición de roles consistentes del sector privado y la sociedad civil.
La experiencia de la Fundación Agencia de Desarrollo de San Julián es positiva, donde se ha generado un espacio social participativo, dónde la comunidad toda ha tenido y tiene la posibilidad de dibujar su propio futuro. Todos de una u otra manera tenemos algo por hacer, tenemos algo que compartir, tenemos algo para decir. No perdamos este momento histórico de creación y fortalecimiento, busquemos la equidad y la distribución social como ejes permanentes de nuestra vida en comunidad.
Por Lic. Javier Vaca*
Bibliografía:
– KOIIMAN, J. (ed.) (1993) Modern governance. New Government-Society Interactions, London, Sage.
– PIERRE, J. (ed.) (2000) Societal Governance: levels, modes and orders of Social-Political Interaction. Debating Governance, Oxford, Oxford University Press, pp. 138-164.
– GARCÍA DELGADO, D. y Nosetto, L. (comps.) El desarrollo en un contexto postneoliberal. Hacia una sociedad para todos. 2006, Editorial CICCUS, Buenos Aires.
– GARCÍA DELGADO (2006) El desarrollo local en el eje de la Políticas Social. Ministerio de Desarrollo Social de la Nación. Buenos Aires
Licenciado en Ciencia Política U.N.R (Universidad Nacional de Rosario). Master en Ciencia Política (Ohio University EEUU). Docente e Investigador de la Universidad Nacional de la Patagonia Austral. Argentina. Actualmente se desempeña en el cargo de Secretario de Desarrollo y Promoción de la Municipalidad de Puerto San Julián.