(Año 4/ Santa Cruz/11-11-2019/ ISSN 2422-7226)
Las polémicas represas hidroeléctricas de Santa Cruz tuvieron un error en el diseño original que incrementó su costo en un mínimo de 250 millones de dólares adicionales, es decir, nada menos que el 5% de su presupuesto original.
Según reveló el portal Econojournal, la falla se produjo por un movimiento de tierra que causó una grieta de veinte metros en uno de los taludes de contención del vertedero de la central Condor Cliff, la mayor de las dos usinas. La empresa luego confirmó que hubo una serie de deslizamientos sobre las márgenes del río Santa Cruz y que el más grande fue en febrero, pero negaron que se trate de un error de construcción, sino que en el proceso de excavación se descubrió que el error estuvo en las previsiones «de las particularidades geológicas del terreno».
En consecuencia, ahora se debería montar la estructura en otro sector del río, una costosa operación que será cubierta por el Estado nacional a pedido de la mega constructora china Gezhouba.
Si bien la secretaría de Energía no avaló esta decisión oficialmente, sí lo hizo el gerente de Control de Proyectos Alberto Brusco, lo que provocó su posterior renuncia por el escándalo generado.
Por lo pronto, lo aprobado fue solamente «tareas menores de relleno que representan aproximadamente un monto de 5 millones de dólares y que no implica necesariamente un traslado directo al costo final de la obra», aclararon desde la empresa.
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La aprobación de Brusco no tendría un efecto legal, pero de todos modos sería ratificada por el Gobierno debido a la presión de Beijing, que actualmente oficia como el único prestamista que financia obras de infraestructura relevantes en un país con los mercados completamente cerrados.
Es que según los especialistas, se trata de una obra en la cual desde un principio tuvo como prioridad el interés geopolítico. «Es la herencia de la herencia. Fue un disparate la forma en que se contrataron esas obras», indicó a LPO el vicepresidente del Instituto Mosconi, Gerardo Rabinovich.
Por su parte, el consultor especializado en energía hidroeléctrica Roberto Fagan destacó la falta «de estudios serios de ningún tipo». «No me sorprende, en estas obras sólo hubo intereses particulares: hacer obras en Santa Cruz que incluían otras que nada tenían de complementarias como rutas, hospitales e incluso varias plantas de tratamiento de basuras en ciudades alejadas; que las pague la Nación íntegramente; que la propiedad quede para la provincia de Santa Cruz y que la hagan los chinos porque eran los únicos que podían financiar el 100%», agregó a este medio.
La empresa constructora reconoció la «necesidad de revisión del diseño, para reubicar las estructuras de hormigón para el desvío del río, y el vertedero de Cóndor Cliff». Sin embargo, explicó que los cambios a implementar «se realizarán dentro del mismo monto de la financiación de los bancos chinos aprobado a la fecha». «El financiamiento estipulado es suficiente para la ejecución de la obra con las modificaciones resultantes de las condiciones geológicas encontradas», aclaró la constructora.
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