En el último mes se suscitó un conflicto laboral entre marineros y dueños de barco de la popular Flota Amarilla con asiento en Caleta Olivia. La disputa se ha instalado en la opinión pública en nombre del Convenio Colectivo de Trabajo de los marineros. Disputar salario significa reivindicación o injusticia para quien en nombre de los trabajadores los conduce a la suspensión de tareas y luego al despido. Los marineros han sido intimados y despedidos lo que exige al periodismo responsable concentrar la mirada en la tasa de ganancia empresarial y el precio del salario del trabajador marinero. ¿Son literalmente “ladrones” los empresarios ante los ojos de los marineros y la sociedad? ¿O los marineros no comparten los costos del riesgo empresario y la reinversión de capital que garantiza las fuentes de trabajo de mar y tierra? Observador Central invita al lector a comprender los números concretos del circuito productivo que a veces es silenciado por intereses de cualquier naturaleza y que en este caso ha llevado a un juego donde todos pierden y nadie gana.
(Año 1 /Edición Nro. 21 /24 de Noviembre 2014/Caleta Olivia) La flota Amarilla, radicada en el Puerto Caleta Paula de Caleta Olivia, representa una experiencia económica y productiva organizada en unos veinte barcos de pequeño porte, encuadrados estos legalmente dentro de la pesca artesanal. Su impacto económico en la fuerza laboral de la región se hace sentir fundamentalmente en las localidades de Caleta Olivia y Puerto Deseado.
Cada barco es armado por una tripulación compuesta por cuatro marineros y un Capitán que en forma diaria comparten junto a armadores, estibadores y dueños de barcos, los ciclos anuales de alta y baja, siendo siempre los meses más comprometidos los tres últimos del año. La fuerza laboral de la flota amarilla es estimativamente de unos cincuenta marineros, mientras que los propietarios de los barcos son aproximadamente doce.
El impacto en la economía local de Puerto Deseado y Caleta Olivia, se da sobre una población estimada de 800 trabajadores entre tripulación, estiba, trabajadores indirectos, y personal de planta de fileteado que reciben diariamente la merluza en las Plantas de la Cooperativa de Caleta Olivia (400 personas) y la Ex CARSA en Puerto Deseado (130 personas).
Las raíces actuales del conflicto y las consecuencias para los trabajadores y la producción
En el mes de noviembre, la patronal había entregado a varios de sus tripulantes marineros dinero en efectivo para compensar los ciclos de baja de temporada, a la vez que se les otorgó un bono colectivo de ayuda solidaria de $218.000; el mismo se efectivizó el 23 de Octubre para “ser repartido entre los tripulantes de la flota”. Sorpresivamente, quien se presenta como gestor procesal del SOMU (Carlos “Cato” Omar Ramos), denuncia no haber participado del acuerdo de esa ayuda solidaria y establece un paro sindical, desconociendo dicha ayuda y denunciando el incumplimiento del convenio colectivo de trabajo.
Del otro lado, quien representa a los propietarios de barcos, expone la ilegalidad de la representación sindical de Ramos, y luego el vencimiento de la conciliación obligatoria que llevó a despidos justificados por ley laboral y de navegación. De la misma manera, argumentan sobre error de Ramos al realizar el reclamo de un nuevo Convenio Colectivo de trabajo a la Flota Amarilla y no al Ministerio de la Nación, ante quien ambas partes deben someterse. Las consecuencias actuales de esta intervención fueron: despidos justificados legalmente de los marineros, y aumentos de costos de producción para sostener el abastecimiento de plantas de Puerto Deseado y Caleta Olivia, con el fin de evitar el impacto desmesurado en unas 1000 familias de ambas localidades.
La formación del precio del salario del marinero y los aportes laborales
Con independencia de las discusiones que deberán darse dentro de un marco legal que lleve a un consenso entre SOMU y Flota Amarilla, nos pareció oportuno contarle a nuestros lectores cómo se forma el salario del trabajador marinero, cómo se deducen los gastos operativos de un barco de la Flota Amarilla, los gastos impositivos y previsionales del dueño del barco y la tasa de ganancia empresaria. Para ello, utilizaremos un esquema práctico al pensar un mes ideal de mareas que consideramos será de utilidad para el lector no familiarizado con el circuito productivo de la pesca de merluza en Santa Cruz.
En un mes absolutamente normal de pesca cada barco puede llegar a pescar 5000 cajones de merluza. Cada cajón tiene capacidad de 33 Kilogramos, por lo tanto los 5000 cajones representan 165.000 kilos por mes.
El valor que el comprador (Plantas) paga en puerto a cada dueño de barco es hoy de $ 4 por kilo. En el ejemplo que venimos describiendo el valor total de los 5000 cajones es de $ 660.000 mensuales. O sea, cada barco en un mes produce esa cifra en un promedio de 15 días intensivos de trabajo. El salario de cada marinero es establecido por regulación automática del Convenio Colectivo de Trabajo y se compone de una fórmula de “partes”. La producción se divide en una parte por marinero (trabajan 4 marineros en cada Barco); 2 partes y media para el Capitán, y 2 partes para el barco. En el ejemplo de producción de $660.000 mensuales, los 4 marineros se llevan un promedio de $25.517 por mes cada uno, y un capitán $63.792; siendo estos la masa salarial de bolsillo total de la tripulación (marineros y capitán), el monto asciende en el ejemplo a $165.860. Esta masa salarial de bolsillo es la que puede variar hacia abajo o hacia arriba dependiendo del volumen de pesca.
Por fuera de los salarios de bolsillo, el dueño de barco debe por Ley realizar los aportes previsionales y de seguridad social (jubilación, obra social), siendo la media de aportes $21.555,20 por persona y ascendiendo a un estimado mensual de $107.776 de aportes patronales por cada tripulación de un barco. De este modo, por tripulación, y en relación a la producción de un mes de cada barco, entre salarios netos y aportes son $273.636 lo que cuesta la fuerza laboral de la Flota Amarilla. Si restamos los $273.636 a los $660.000 obtenidos durante el mes de producción, nos quedaría por explicar ¿Dónde quedan los $386.364 restantes?
Los gastos operativos de cada barco
Los gastos por fuera del salario y aportes de la tripulación contemplan un estimado mensual de $20.000 entre armadores y contadores, unos $ 10.000 de equipamiento en tierra (principalmente vehículos) y $ 18.000 de seguro de cada barco. Es decir, los costos de los operativos básicos se estiman en unos $48.000.
Los gastos de los barcos implican a su vez, el consumo de Gas Oíl por 15 días de navegación a un promedio de 400 litros diarios que ascienden a $61.620 por mes; la comida (los marineros vuelven a puerto en la noche) asciende a un promedio de $700 por día que en 15 días suma unos $10.500; los guantes de trabajo (promedio 5 pares por día, $1.875 por mes); 40 litros de aceite por mes que suma unos $4000 y el 2% de administración por barco $7.840. Todo esto suma un estimado de $85.835.
Si consideramos los $48.000 y los $85.835, sumamos aproximadamente $ 133.835; cifra que debe restarse de los $386.364 que nos había quedado luego de deducir costos de fuerza laboral, disponiendo ahora de $252.529 que siguen quedando bajo control de administración y propiedad del dueño de barco.
Los impuestos en el Estado Nacional y Provincial
En el ejemplo que venimos siguiendo, quedan por ahora en gestión del propietario $252.529 que éste debe administrar, reinvertir o consumir. Como ya hemos contado los aportes patronales, no volveremos a sumarlos aquí; sí agregaremos que el Estado Nacional percibe de cada propietario de barco una serie de impuestos que incluyen el IVA sobre los $660.000 de la producción inicial y el pago por anticipado del impuesto a las ganancias correspondiente al 35% del conjunto de las mareas. En el ejemplo que se viene desarrollando, no restamos de los sueldos de los marineros el IVA, ni las ganancias, pues es el propietario quien deberá absorber el 12% de IVA y el 35% de ganancias anuales. Es decir, dentro de la administración del dinero de la producción, el propietario-empresario debe disponer del remanente de producción que implicará pagar IVA y Ganancias sobre $660.000 iniciales; de los cuales, en la situación ejemplificativa trabajada, nos quedan $252.529 en valor real.
En el caso de la provincia, ésta absorberá de esos $252.529 un estimado de $53.600 por mes de esos $660.000 iniciales de cada barco en un mes de producción, en concepto de recaudación tributaria y no tributaria. Para ello cada dueño de barco debe pagar sobre el 100% de la Producción (es decir sobre los $ 660.000) el 3,5% de Ingresos Brutos ($23.000); el 2% de la tasa pesquera ($13.200); Canon Portuario ($1.800); Removido de Puerto ($1.500); y luz ($800). Hasta aquí descontando los $53. 600 de Provincia de los $252.529, nos queda un dinero en manos del propietario de cada barco de $198.929 mensuales. Nótese que no le hemos deducido el pago de IVA, las ganancias anuales, ni los costos de amortización del Barco o imprevistos, los gastos de mantenimiento para mantener la operatividad de los barcos, y demás tasas a organismos municipales, provinciales y nacionales. Dependerá de cada dueño de barco, si paga sus obligaciones fiscales, reinvierte, los ahorra, o decide consumirlos.
Sobre el Convenio Colectivo de Trabajo y la paz social
Con independencia de la pertinencia de la validez de las representaciones gremiales y en la justicia, en nuestro enfoque diremos que el problema del marinero es que hoy la tripulación se llevaría un promedio mensual de $273.636, mientras que el propietario un estimado de $129.303,85 habiendo pagado ganancias.
Es sobre esta relación de ganancias entre capital y trabajo que se debería discutir como sindicato y patronal. Obviamente en la vida real como los marineros enfrentan los ciclos de baja del año y se planifican en forma individual y colectiva, es todo un tema a fin de que no disponga en meses de alta de un salario real de $25.000 mensuales y en meses de baja un mínimo de $4.500. Por su parte los propietarios de la Flota Amarilla tienen como gran desafío ver si junto a marineros y a quienes acrediten la representación legal de SOMU, conforman una mesa de diálogo ante el Ministerio de Trabajo para enfrentar el próximo año con una agenda que mejore la calidad de vida de los trabajadores de la Marinería. Esto último parece haberlo entendido luego de un mes el letrado Linares que tiene la representación legal del SOMU, pues en el acta celebrada en el Ministerio de Trabajo de Caleta Olivia, solicita un plazo para acreditar personería por parte de SOMU y una nueva audiencia para establecer una negociación. Por su parte, la reflexión de una fuente calificada de la patronal fue contundente al ser interrogada respecto a ¿Cómo termina este conflicto? “Cuando este conflicto termine y se asuman las responsabilidades de quienes rompieron la paz social, con seguridad, los dueños de los barcos serán los mismos y también nuestros marineros”.
Por Blanca Montes para Observador Central