Año 7 / Edición L / Los Antiguos / 06-12-2021 / ISSN 2422-7226
Por el Equipo Editor del Observador Central
Los Antiguos, ciudad ubicada al noroeste de Santa Cruz, ofrece a quienes decidan visitarla paisajes rodeados de maravillas naturales, como lagos y picos nevados, y una gran cantidad de actividades.
Con fin de año a unos pasos y, razonablemente, la llegada del verano y los meses de temporada alta para vacacionar, Los Antiguos se presenta como uno de los lugares turísticos para que, tanto santacruceños como el resto del país, visiten y conozcan.
Ubicado en el noroeste de Santa Cruz y en una zona fronteriza con Chile, Los Antiguos es una ciudad que cuenta con 1800 habitantes y se caracteriza por ofrecer encantos turísticos como sus paisajes, lagos y picos nevados, y por contar con actividades como la pesca o las caminatas. La historia de sus antepasados es importante para esta ciudad ya que su nombre proviene de una leyenda en la cual los antiguos pobladores, los tehuelches, elegían el lugar para descansar y reposar gracias a su microclima.
Lago Buenos Aires. Este espejo de agua se divide en dos países, con una parte en Argentina y otra en Chile, en donde se lo conoce como Lago General Carreras. Este clásico lago patagónico es considerado uno los más extensos de Sudamérica, luego del Tilcara, compartido por Perú y Bolivia. Sus aguas azules son ideales para la pesca deportiva y la navegación, y el viento juega un papel importante a la hora de ver el comportamiento de las aguas, cuando las playas se ven calmas, pero realmente el oleaje ocurre aguas adentro en la zona interna. Desde 2002, a fines de octubre y principios de noviembre, se festeja la «Fiesta del Lago Buenos Aires» para celebrar y crear coincidencia del cuidado del medio ambiente, y practicar deportes como el hándbol y vóley de playa, mountain bike para niños, palestra y escalada, o regatas. Además, se llevan a cabo shows artísticos, exhibiciones náuticas, espectáculos de malabaristas, acróbatas y murgas, y paseos de artesanos y productores.
Monte Zeballos. Esta montaña de origen volcánico también conocida como Ruta 41 o Camino de Monte Zeballos. Caracterizado por los bellos paisajes, este lugar turístico combina estepa, bosques, picos nevados, coladas basálticas y formaciones rocosas. El recorrido permite entrever una gran diversidad de aves, como patos, avutardas, cóndores, águilas mora, cóndores, entre otras especies. En este sentido, este atractivo turístico permite realizar distintas actividades como el avistaje de aves, pesca, trekking, hasta la oportunidad de acampar en la zona.
Portal La Ascensión. La tranquera ofrece a sus visitantes 40 kilómetros de senderos autoguiados, por los cuales podrán ver paisajes repletos de naturaleza. Para quienes sean más novatos y menos experimentados, uno de los senderos ofrece el avistaje de álamos y sauces, en cercanías del Lago Buenos Aires. Para los ya entrenados, los senderos como el Cerro Negro o La Calle, permiten recorrer paredones rocosos, observar lagunas con aves, además de tener una amplia vista al lago y a la Cordillera de los Andes. Por último, para los expertos existe una caminata de 8 horas por la meseta Lago Buenos Aires, en donde van a poder ver con mayor acercamiento el lago y los picos nevados de la Cordillera. Además de la naturaleza, el Portal ofrece espacio para el desarrollo local, en donde los emprendedores ofrecen sus productos autóctonos, como artesanías y comidas, y actividades culturales.
Mirador Uendeunk. Ubicado en unos de los cerros circundantes, el mirador ofrece una vista panorámica que permite observar principalmente el Lago Buenos Aires, además de poder ver el pueblo, los cerros y las montañas nevadas. Con un nombre proveniente del tehuelche, Uendeunk significa «Espíritu Bueno», el mirador se encuentra acompañado por un monumento a este pueblo indígena que indica la ubicación del lago y brinda homenaje a quienes poblaron la Patagonia años atrás.
Alero Charcamata. Esta cueva permite que el visitante realice un viaje al pasado al contar arte rupestre con figuras geométricas, manos, guanacos, pumas y choiques, realizadas por los antepasados de la región, estampados en el interior y conservadas a la perfección. Asimismo, en este lugar turístico declarado Monumento Histórico Nacional, se puede transitar por la estepa patagónica. Es importante recalcar que el Alero no ha sido intervenido por el hombre.