Año 5 / Edición XXVIII / Caleta Olivia / 19-08-2020 / ISSN 2422-7226
Por: Dr. Daniel Mautor – Mat Prof: 285
En la medida que la pandemia se extiende, con más de 20 millones de casos y 75.000 muertes en todo el mundo, se renuevan las expectativas por una vacuna que propicie el retorno a la normalidad.
Rusia aprobó su fórmula, Sputnik V, aunque sin completar los ensayos de fase 3. En tanto, compañías farmacéuticas de Argentina y México van a producir 250 millones de dosis de la llamada «vacuna de Oxford», de AstraZeneca, para abastecer a toda Latinoamérica (salvo Brasil), en el caso de que los ensayos clínicos en curso sean satisfactorios.
La vacuna AZD1222, antes llamada ChAdOx1 nCoV-19 y más conocida como «la vacuna de Oxford», es desarrollada en conjunto por AstraZeneca y Oxford University en Inglaterra. Está integrada por el vector ChAdOx1 (una versión debilitada y modificado genéticamente del adenovirus que causa infecciones en chimpancés) que es capaz de producir la proteína espiga (S) de SARS-CoV-2.
Los estudios de fases 1/2, realizados con 1.077 voluntarios de 18 a 55 años en el Reino Unido, fueron publicados en The Lancet a fines de julio y mostraron resultados alentadores: los anticuerpos neutralizantes se generaron en más de 90% de los participantes y la respuesta se sostuvo hasta los 56 días de observación. También estimuló células de memoria. Los efectos adversos más comunes (fatiga, cefalea o dolor en el sitio de inyección) fueron tolerables y pudieron aliviarse con paracetamol.
Actualmente, hay en marcha estudios de fases 2/3 y 3 con la fórmula en Reino Unido, India, Sudáfrica y Brasil, con decenas de miles de participantes. Se considera que es la vacuna con la línea de tiempo más optimista de la más de media docena que ya están en fases avanzadas de investigación clínica. AstraZeneca contempla fabricar 2 mil millones de dosis en diferentes centros de producción.
MAbxience, la compañía biotecnológica, será la encargada de producir la vacuna. Este laboratorio, que se dedica a producir medicamentos para enfermedades oncológicas y autoinmunes, parece haber sido creado a medida para enfrentar este desafío.
La compañía, no solo se dedica a algo similar, sino que tiene una ventaja única: en febrero pasado, justo antes de la llegada del coronavirus a la Argentina, había estrenado una nueva y masiva planta de última tecnología en las afueras de Buenos Aires.
«Es una de las plantas más modernas que hay en el mundo», afirmaron desde la comapñía.
«En caso de que la vacuna demuestre eficacia y seguridad y sea aprobada por las autoridades sanitarias, contribuiría de forma determinante a evitar más pérdidas de vidas por COVID-19 y permitiría el eventual regreso a la normalidad».
No son las únicas: más de media docena de compañías en el mundo tienen candidatos en ensayos clínicos avanzados, y varias esperan resultados antes de que termine el año. De todos modos, muchos países ya debaten si la vacunación debe ser obligatoria y quiénes deberían recibirla primero.
En Brasil, por ejemplo, expertos creen que las prioridades se asignarán en función del riesgo ocupacional (por ejemplo, personal sanitario) y de edad, aunque también debería considerarse la vulnerabilidad social.