Año 7 / Edición XLIX / Patagonia / 29-11-2021 / ISSN 2422-7226
Por Javier Palma para el Observador Central
El Río Negro constiuye al sistema hidrográfico de la cuenca naciente de la cordillera norpatagónica, confluente del Lmay y Neuquén, el Negro desemboca en el Océano Atlántico drenando una superficie de 125.000 km2, con un caudal de aproximadamente 1.000 3/s. El mismo sirve de sustento para las economías del Valle Alto, Medio y Bajo norpatagónico y es el cuerpo de agua de mayor envergadura de la región. Se caracteriza por su reducida pendiente en dirección oeste-este y numerosos brazos secundarios que se activan con aguas altas. Durante todo su recorrido no recibe aportes de ningún afluente.
El uso de este bien común para abastecer hidrológicamente a la actividad agrícola en la zona surge ante la necesidad de hacer productivas tierras fértiles en esta región a mediados del siglo XX. Este proceso fue impulsado mediante la introducción del ferrocarril, gestando los primeros poblados luego de una limpieza étnica por parte del Estado argentino. Desde ese momento las economías del Valle norpatagónico se han basado en el agro e industria, a la cual en los últimos años se le suma la explotación hidrocarburífera. De este modo, el Río Negro, ha sido y es testigo de los modos de manejo y gestión de las aguas residuales de las urbanizaciónes a su vera y los sistemas productivos que impactan directamente sobre el Río.
Según una investigación realizada en 2019 por la Universidad Nacional de Río Negro y en colaboración con la Universidad Nacional del Comahue y la Universidad Nacional del Sur (El informe del estado ambiental del Río negro), exiten evidencias cientificas que corroboran la incidencia de las actividades socioeconomicas de la región en detrimento del medio ambiente que las sustentan. Entre las conclusiones a las que arriba este informe, se concluyó:
“Se hallaron evidencias suficientes para sostener que la cuenca del río Negro, en el tramo de estudio, se encuentra antropizada, donde algunos parámetros de la calidad del agua se apartan de las condiciones de referencia del sistema. Estos cambios permitieron identificar sitios críticos como: Cipolletti, Fernández Oro, Allen, General Roca, Chichinales, Pomona, Carmen de Patagones, y la Paloma. Los resultados reflejaron el ingreso de contaminantes de múltiples fuentes, principalmente en el tramo del Alto Valle, siendo relevantes los asociados a un uso del suelo urbano, industrial y productivo.
En la evaluación de bacterias de origen fecal, los recuentos superaron el estándar de calidad utilizado en más del 50% de los casos.
Se registran As (arsénico) y Cu (cobre) Bioaccesible. Es decir que existe en el ambiente cierta cantidad del elemento disponible que interactúa con la superficie de contacto de organismos y está potencialmente disponible para la absorción.
α-Endosulfan (pesticida) fue uno de los compuestos organoclorados más abundantes detectados en la cuenca y su producto de degradación, el sulfato de Endosulfán –el cual es más tóxico y más persistente-, fue hallado en el 85% de las estaciones, sugiriendo un amplio grado de utilización y permanencia en el recurso.
Todos los sedimentos evaluados excedieron algún nivel de calidad para la protección de la vida acuática y por lo tanto se predicen efectos adversos sobre la biota adyacente ocasionales y en algunos casos puntuales, frecuentes.
En relación a la comunidad íctica, las especies dominantes que se evaluaron para el monitoreo del río Negro, son la Carpa (C. carpio) el Pejerrey patagónico (O. hatcheri), la Jenynsia (J. lineata) y la Perca (P. trucha), ya que se encuentran en abundancias altas y en todos los ambientes relevados. Por otro lado, es evidente la acción antrópica sobre la cantidad de especies introducidas presentes en el río.
Existen indicadores en la zona de Villa Regina que hacen necesario profundizar y tener cautela en esta zona del río. La falta de especies, la buena condición de las carpas capturadas y las bajas abundancias y riquezas de la comunidad son evidencia de problemas ambientales en esta zona”
De esta manera podemos observar que tal problemática es un tema de incidencia colectiva, pero el accionar para hacer algo al respecto no va más allá de denuncias mediáticas, que poca injerencia tienen en el accionar cotidiano, y anuncios políticos en donde no existe ninguna efectividad concreta. Es así como se promueve que las industrias regionales viertan sin los tratamientos adecuados sus efluentes líquidos al cuerpo de agua, que las gestiones locales escatimen en los gastos requeridos para dar un correcto tratamiento a las aguas negras urbanas y que por esto sean vertidas con una carga orgánica y patógena superior a la permitida, que el sector agrario no tenga conocimiento adecuado ni las herramientas requeridas para una correcta disposición final de los residuos químicos que se producen durante las curas y fertilizaciones de los cultivos. Evidentemente es clara la ausencia de los controles por parte del Estado, los cuales tendrían que garantizar el cumplimiento de las normativas que regulan dichas situaciones, las que ya de por sí, se observan como medidas laxas y clientelares para con los capitales privados regionales.
En contexto, es muy difícil mitigar o revertir el impacto ya causado, cuyo costo resulta ni más ni menos que en la pérdida del potencial aprovechamiento económico y social de un río tan grande y extenso como lo es el Río Negro. Tomando noción de lo ocurrido se puede trabajar en pos de no seguir empeorando la situación y de utilizar esta experiencia como aprendizaje de cómo no realizar actividades antrópicas y cómo realmente gestionar el tratamiento de aguas negras en cada localidad.
Resulta imperioso buscar otras formas, otros mecanismos, ya que existen otros modos de relacionarnos con nuestro entorno, tal vez no tan rentables económicamente, pero que beneficiarían a toda la población cuál habitantes de su entorno. Encontrar herramientas prometedoras que puedan generar alternativas a los modos de producción predominantes, aportando visiones y alternativas que generen las tan buscadas rentabilidades económicas, promuevan las economías regionales de manera descentralizada y contemplen y resguarden los ecosistemas involucrados.
Fuente y material externo de consulta: “Informe del estado ambiental del Río Negro, https://www.unrn.edu.ar/archivos/noticia/1159/Informe%20rio%20Negro%20UNRN%20V%20web.pdf”-AIC, cuenca del Río Negro, http://www.aic.gob.ar/sitio/lacuenca”