Año 7 / Edición XXIX / Internacional / 12-07-2021 / ISSN 2422-7226
Con intervención del equipo editor del Observador Central
Existen varias reacciones en el cuerpo al ser inoculado con la vacuna contra el COVID-19. Una de ellas puede ser una intensa dolencia en la zona en la que se aplica. Según especialistas ese dolor es una respuesta natural y significa que el organismo está trabajando para construir una defensa contra el virus.
Si bien, las dolencias y sarpullidos son reacciones normales cuando se inyectan sustancias extrañas en el cuerpo, el dolor que se siente en el brazo tras recibir la vacuna puede depender de diversos factores. “Algunas personas pueden desarrollar inflamación, fiebre leve y algo de dolor moderado localizado en el área donde recibieron la inyección”, señaló Javier Pérez, enfermero y Jefe de turno de la Unidad Coronaria en el Sanatorio FLENI. “Esta es una respuesta natural y significa que el sistema inmunológico del cuerpo está trabajando para construir una defensa contra el virus”, continuó.
Algunas personas manifestaron que la vacuna no genera dolor al momento, sin embargo, otras que ya fueron inmunizadas presentaron dolencias en el brazo, precisamente en la zona del pinchazo.
El dolor en el brazo, luego de inocularse, ocurre porque al principio registra una sustancia extraña, pero sólo es cuestión de horas para que el organismo la asimile e incremente el sistema inmunológico. “Que te dé una reacción en el lugar la inyección es exactamente lo que cabría esperar de una vacuna que intenta imitar a un patógeno sin causar la enfermedad”, asegura Deborah Fuller, vacunóloga de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington en Seattle. La especialista aseguró que “La vacuna del COVID-19 se inyecta en el músculo deltoides» y que «el problema es que la inyección puede causar pequeños desgarros en este músculo”.
Lo que recomiendan los expertos es ejercitar el brazo después de haber sido inoculado, lo cual sirve para disminuir el dolor. Estirar los músculos circundantes del brazo es una idea que aconsejan los CDC (Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades) de EE.UU. Lo señalan por el mismo motivo por el que cualquier persona estiraría o movería cualquier músculo que esté dolorido, por ejemplo después de un entrenamiento intenso. La idea es contribuir a promover el flujo sanguíneo a la zona y por lo tanto, reducir el dolor. Algunas ejercitaciones recomendadas son hacer círculos con los brazos o estirar con suavidad los hombros.
Fuente: Portal de noticias web “La Opinión Austral” – 09/07/2021