Año 7 / Edición XLIV / Argentina / 25-10-2021 / ISSN 2422-7226
Por el Equipo Editor del Observador Central
La fecha del 22 de octubre fue tomada de la campaña creada por Stop Trans Pathologization (STP) que es una plataforma que se creó para impulsar acciones por la despatologización trans en diferentes partes del mundo.
En junio de 2018, la Organización Mundial de la Salud (OMS) excluyó la transexualidad de su lista de trastornos mentales. Por otra parte la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE), usada con más frecuencia en países de la Unión Europea, continúa hablando de la transexualidad pero bajo la categoría “incongruencia de género” dentro del capítulo de “Condiciones Relativas a la Salud Sexual”. Cabe mencionar que estos documentos son tomados como referencia por la comunidad internacional de profesionales de la salud mental para nominar los trastornos mentales.
En Argentina, la Ley 26.657 de Salud Mental, del año 2010, establece que en ningún caso puede realizarse un diagnóstico sobre la base exclusiva de la elección o la identidad sexual (art.3 punto c). A pesar del avance de algunas normativas, las representaciones sociales y prejuicios siguen existiendo y es necesario promover la idea de poder observar la diversidad de identidades de género como un aspecto más de la sexualidad humana por fuera de lo binario varón/mujer.
Llamamos patologización al proceso de identificar un rasgo físico o mental, un hábito, una práctica, un modo de vida, sobre una persona y población, calificándoles como enfermos, en comparación con otros grupos humanos identificados como sanos. La patologización no solo es una manera muy frecuente y perniciosa de ejercer la estigmatización y la discriminación, sino también una manera muy habitual de justificarla.
Despatologización son todos aquellos esfuerzos desplegados en favorecer los procesos de avance en temáticas de equidad en derechos humanos, integrando a las personas trans como ente transformadores de realidad, ya sea en la dimensión política y social, involucrando compromiso, logística, economía, racionalidad e incorporando elementos relevantes dados como la clase, género, etnia, orientación sexual y el amor como motores de lucha ante las desigualdades que la discriminación genera, producto de una construcción social enmarcada en un contexto determinado.
Despatologizar también sería mirar más allá de la conflictiva vital y vislumbrar lo que nos pueden enseñar las trayectorias de vida trans sobre la salud mental y los recursos psicológicos para afrontar situaciones adversas.
A partir del año 2022 debería comenzar la implementación del Manual Diagnóstico de la Organización Mundial de la Salud (CIE–11 ), en este manual en su versión 10, el diagnóstico que se les asignaba a las personas trans era F.64 Transexualismo. En la versión 10, se encontraba en las categorías de trastornos mentales que justificaba que las personas trans tendrian que ser evaluadas psicológica y/o psiquiátricamente para validar su identidad, en cambio, en el CIE–11 pasa a denominarse incongruencia o discordancia de género y estar en la categoría de condiciones relacionadas con la salud sexual, cuestión que ya no justificaría la patologización y diagnóstico de la identidad de género por profesionales de la salud mental como psicologos y psiquiatras.
Dentro de las seguidillas de “diagnósticos” sobre las identidades trans, se encuentra la disforia de género, nominado como un problema físico basado en la falta de adecuación del cuerpo al género que siente la persona. El foco se pone en el cuerpo como incorrecto o equivocado, estigmatizando la diversidad de corporalidades en una sociedad que pone en un altar los cuerpos hegemónicos y los estereotipos de lo que debe ser una mujer o un varón, dejando de lado otras expresiones de género. El término “disforia de género” ha sido fuertemente cuestionado dentro de la comunidad LGBTIQ+.
Respecto de las terapias psicológicas una de las más controvertidas es la terapia de conversión para que una persona que siente una identidad diferente a la consignada en el nacimiento (varón/mujer) pueda reencauzarse y adoptar el género asignado al nacimiento, reprimiendo todo tipo de deseo de adoptar y expresar una identidad disidente. En contraposición se encuentran las terapias psicológicas enfocadas en el acompañamiento y contención a las identidades trans con un enfoque de derechos humanos y diversidad sexual.
La presión y el miedo a salir del clóset es otra temática muy común que se puede vislumbrar en relatos de aquellas personas trans que no pueden expresar su identidad por diferentes motivos personales, ya sea por normas sociales, condena familiar, protección ante posibles problemas laborales y vinculares, etc.
Conductas autolesivas y de riesgo, en otros casos más graves se presenta el “suicidio” por la falta de recursos emocionales y psicológicos para afrontar situaciones estresantes, duelos, conflictos vitales, conflictos emocionales ligados a la estigmatización corporal- identidaria y la ausencia de un proyecto de vida, entre otros motivos.
Si bien es una lista acotada de algunas situaciones por las que atraviesan, lo importante es destacar lo incongruente que es vivir en una sociedad donde algunas personas vivan mejor que otras y que se estigmatice tanto a la disidencia sexo genérica.
La psicología y profesionales de salud mental están en plena etapa de formación respecto de la diversidad sexual, cada vez hay más propuestas para una ciencia que sea respetuosa de las identidades de género y su empoderamiento. Se está pensando en otra psicología que tenga perspectiva de géneros y diversidad sexual.
Ser discriminada/o en la sociedad por manifestar una identidad de género trans y no poseer el pleno acceso a los derechos básicos como la educación, el trabajo y la salud, además de la baja expectativa de vida de 35 años, condiciona la elaboración y concreción de un proyecto de vida y hace impacto en la salud mental. La desigualdad social y la discriminación por cuestiones de género que vivenció la población trans tuvo como consecuencia que se incumplieran muchísimos de sus derechos a lo largo de la historia.