(Año 4/ Santa Cruz/ 29-04-2019/ ISSN 2422-7226)
Desde la fundación de nuestra institución, en Octubre de 1953, A.O.M.A. fue, es y será, la voz y la representante inclaudicable en sostener la defensa irrestricta de los derechos del Trabajador Minero Argentino.
Hoy volvemos a ratificar y reconocer el rol de los sindicatos para resguardar la integridad de los trabajadores y ser la resistencia hacia todo intento de vulnerar o desactivar las conquistas sociales que hemos obtenido a lo largo de nuestra historia.
Al mismo tiempo revalidamos nuestra convicción que sólo la organización del Movimiento Obrero Argentino puede nuclear a todos los sectores sociales de la República Argentina para impedir el avance de un plan económico que excluye al sector productivo, trabajadores y desocupados de sus prioridades.
Denunciamos que el gobierno, desoye la voz de la mayoría y ejecuta un régimen dirigido a concentrar la economía, violar las conquistas sociales y retrotraer a la Nación a una dependencia económica con los países dominantes.
Necesitamos que se retome la presencia de un Estado que oriente el desarrollo del aparato productivo nacional con la única finalidad de promover el bien común y la consolidación de la soberanía de nuestro país.
Entendemos que una Nación no crece si sólo encuentra respuesta y esperanza en el financiamiento que le otorgan desde organizaciones financieras internacionales, las cuales responden y representan el posicionamiento de una hegemonía mundial.
El endeudamiento público de los últimos tres años, carece de un perfil productivo y sólo consolida la dependencia a decisores externos favorecidos por “la timba financiera”.
El pueblo espera de sus gobernantes políticas inclusivas y de clara promoción del ser humano. En los últimos 36 meses simplemente encontramos disminución de empleo, precarización de la mano de obra y mayor crecimiento de la pobreza.
Desde la fuerza del trabajo tenemos que decirle basta a un modelo económico que pretende eliminar la esperanza, vapulear la dignidad de los trabajadores y que se consolida como un atentado contra la dignidad humana.
La inmanejable inflación para este gobierno nacional es un látigo que se extiende y multiplica por el enorme impacto del aumento indiscriminado de las tarifas en los servicios públicos. Menoscaba el poder adquisitivo del Pueblo, convirtiéndose en un flagelo contra toda la sociedad y como verdugo de los sectores más desprotegidos de la Argentina.
La falta de aptitud para eliminarla, resultó ser la peor de las políticas implementadas por el Ejecutivo Nacional. A esto se le suma que subestimó y engañó al electorado que lo eligió. Hoy habla de sus errores en el gobierno con una liviandad que expone su desprecio hacia nuestra gente.
En resumen, no piensan ni actúan en función del Pueblo, lo hace sólo hacia su conveniencia y de aquellos sectores económicos que lo sostienen.
Desde AOMA sentenciamos que la peor de las grietas es la indiferencia y la hipocresía. Por eso bregamos en lograr un país unido y armónico, para lograr una gobernabilidad desde el consenso.
Otros matices que denunciamos como entidad gremial es la permanente vocación, errónea, de generación de parches a problemáticas de fondo. Tal situación se refleja en la incitación a vulnerar la institucionalización del cumplimiento de la ley y promover el trabajo precario.
Estas repudiables prácticas atentan contra todo intento de profundizar el cumplimiento de las normativas laborales vigentes, siendo una estrategia gubernamental el no corregir las falencias que presenta el mercado.
Siguen siendo una gran deuda que la patronal cumpla con sus obligaciones, registre a sus trabajadores y no tome dañinos atajos.
Por eso nunca promovió señales elocuentes al sector productivo, ni a la genuina representación de la CGT. En cambio optó por ser servil a la especulación financiera y contrajo deuda para que el negocio sea la especulación, el vaciamiento de nuestras reservas y a la vez, como si fuera poco, destruir las economías regionales.
Estamos convencidos que el país necesita gobernantes probos. Que piensen y sientan como un pueblo que fuera fundado por convicciones e identidad. Desde donde se impongan reglas claras de juego. Donde se priorice la generación de empleo mediante inversión genuina, se lo enaltezca y se le rinda tributo al soberano.
Las economías regionales exigen una amplia diversificación de sus perfiles productivos. Para ello se debe potenciar y acompañar las ventajas de cada región del país mediante Políticas de Estado sólidas y efectivas.
Exigimos una revisión de las prioridades para volver a ser una Nación organizada. Con este fin poder concretar que a las empresas, cooperativas y Pymes, se las contemple en proyectos de generación genuina de nuevas riquezas. Esto traerá aparejado más mano de obra, alimentando el consumo interno y la creación de nuevas oportunidades para la sociedad.
Además, no podemos seguir ignorando que el sistema tributario en su conjunto atenta contra la producción. Es imperativo que tributen aquellos que más tienen y se les quite el impuesto a las ganancias a los trabajadores y jubilados.
Como miembros de una actividad pujante y generadora de nuevas oportunidades, comprendemos muy bien cómo se logra su desarrollo. A tal efecto es que exigimos volver a una Política de Estado para la Minería capaz de dar respuestas a las necesidades de un país.
Los trabajadores mineros siempre hemos generado mesas de entendimiento. Nos hemos aggiornado a las nuevas exigencias laborales y nos hemos capacitado. Sabemos de desafíos y postergaciones. Aprendimos a hacer valer nuestros derechos y comprendido el cumplimiento de nuestras obligaciones.
No podemos permitir que se continúe postergando el debate en aquellas provincias que decidieron prohibir el desarrollo minero por simples especulaciones políticas. Llegó la hora de enfrentar cada situación con claridad y firmeza. Basta de titubeos y especulaciones sectoriales. Queremos una minería responsable, lícita y socialmente amigable para el bienestar de la Argentina.
Hoy, más que nunca, reconocemos la importancia de los sindicatos en la conformación del tejido social, donde dicen presentes en la calidad de vida de los trabajadores, brindando salud a sus afiliados y respaldo social a todas sus familias.
Una Nación se construye con el aporte de cada uno de sus integrantes. Los trabajadores mineros estamos convencidos y dispuestos a dar nuestro aporte.
Nadie puede hacerse el distraído. Los empresarios deben tener conciencia social y bregar por ese equilibrio, que nuestra gente y los pueblos del interior merecen.
Alertamos a la sociedad que existen empresas que actúan amparadas en el silencio y sus conveniencias económicas que ponen en riesgo la continuidad laboral y la paz social.
Mientras nos organizamos, para lograr ese fin, le damos pelea a la inflación dominante; al atropello patronal; al trabajo en negro y precarizado y a la decisión de no declinar nuestra búsqueda permanente de la independencia económica, la soberanía política, la solidaridad y la defensa de la Patria.
Somos mineros, somos argentinos y queremos una Nación con igualdad de oportunidades, transparencia y justicia social.
Héctor Oscar Laplace
Pte. Agrupación “17 de Octubre”