Año 7 - Edición semanal - ISSN 2422-7226

El Peronismo nacional en una nueva coyuntura histórica  

ISSN 2422-7226

(Año 2 / Edición Nro. 79 / 10 de Febrero de 2016 /Ciudad de Buenos Aires)

Quienes quieran oír…

La noche ha llegado.  Hemos hecho muchas elucubraciones, durante estos años, pensando que siempre estaría el sol alumbrándonos. Y cuando a veces el día se ensombrecía, manifestábamos que eran nubes pasajeras.

Hoy, una parte mayoritaria de la sociedad  hastiada de nuestra soberbia, desprolijidades y desatinos, dejó de lado los innumerables aciertos de nuestro gobierno, y quiso cambiar las formas de quienes debían conducir sus destinos.  Tal vez no tuvieron en claro hacia dónde nos conducirían, pero si sabían que era lo que no querían.

Tal vez,  muy prontamente deduzcan que la opción elegida les golpeará brutalmente, como sucedió en 1999.  Se avecina un saqueo al bolsillo de la clase media, orquestado por los dueños del poder económico.

Hemos logrado que un partido vecinal de la capital federal, con escasos votos propios, que ha optado por incluir en su administración a los ejecutivos de las grandes corporaciones, se adueñara de la voluntad de los ciudadanos del país, esgrimiendo un federalismo  que lejos está de ello, ya que quienes conducirán este proceso serán personajes  exclusivos de la ciudad de Buenos Aires.

Todos quienes nos sentimos parte de este gran movimiento histórico, tenemos nuestra cuota de responsabilidad. Algunos, en mayor medida, por cuanto sus decisiones, fueron sustanciales a la hora de tomar resoluciones, designando

candidatos que no expresaban la voluntad popular; otros por mantener silencios cómplices;  algunos porque priorizaron sus cargos y privilegios, y otros por no haber conformado una corriente que diera la discusión interna, que pudiese priorizar las alternativas viables para los momentos actuales de la sociedad y el mundo.

De cara al futuro deberíamos, sin egoísmo y apetencias personales, encarar una nueva etapa de reconstrucción, que no implica tirar por la ventana a nadie,  sino que a partir de  la voluntad  común y  todos en un mismo pedestal, comenzar a darle prioridad a la militancia en su conjunto, y establecer un estado de discusión política, permanente y abierta, con la mira puesta en la recuperación de los principios básicos  de nuestro movimiento, afianzando la unidad, (como concepto central, que no responde a criterios de clase sino de Nación. Unidad Peronista, en la concepción y la acción,

 

Unidad Nacional, aún desde pensamientos e intereses diferentes, como único modo posible e inteligente de enfrentar y vencer los intereses y poderes del imperialismo. ”Solo la unidad nos da la fuerza«;

 

La solidaridad (como condición indispensable y sustancial del peronista,-fortalecida por el ejemplo de Evita- es desde entonces una marca del ADN de nuestro Movimiento; no se es peronista si no se es solidario. La mezquindad o el egoísmo no forman parte del ser peronista, pensar en el otro, preocuparse por los demás, principalmente por el más débil, hacen a la esencia de nuestro movimiento.-«Nadie puede realizarse en una sociedad que no se realiza”);

 

La organización, como complemento indispensable del pensamiento, que ha sido una constante del Peronismo, desde su esquema fundacional, sustentado inicialmente en las organizaciones gremiales, hasta su desarrollo posterior, donde el eje permaneció en lo sindical (columna vertebral), pero se multiplicó en la estructuración de la organización de la juventud, de la mujer, territoriales y políticas, reinventándose en el tiempo de acuerdo a los momentos históricos. «Solo la organización vence al tiempo”.

Comenzar desde abajo hacia arriba es la premisa, y no continuar con la política del dedazo para atornillar dirigentes en la conducción partidaria, como viene sucediendo y como aparentemente se intenta continuar.

Indefectiblemente,  se hace  necesaria la realización de un nuevo Congreso Nacional, que establezca las bases de una reorganización de la conducción del Partido. Y como consecuencia de ello, la realización de un Congreso Provincial partidario, que de por caducas a las actuales autoridades, tanto provinciales como distritales; y se proceda al llamado de elecciones internas de afiliados para la elección de las nuevas conducciones.-

 

Carlos Cottini. Congresal nacional PJ.  Fuente: Leandro  C. Gil Ibarra- Migueletes 1915 – CABA –   leandrogilibarra@gmail.com

 

 

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