Existe una “pobreza cívica” en Santa Cruz, sostuvo la Dra. Alicia Kirchner en su discurso ante la Honorable Cámara de Diputados de la Provincia de Santa Cruz, hace apenas un mes. Traducido debe entenderse carencia de la calidad de la ciudadanía. La carencia se caracteriza por la exposición de la gente a la vulnerabilidad de sus derechos y deberes, y la vulnerabilidad tiene una historia, un contexto y responsabilidades. Presentamos algunas calves de “Chocolate por la noticia” y algunas claves para comprender como llegamos a ser pobres cívicos y en calidad de vida.
(Año 2 / Edición Nro. 81 / 10 de Abril de 2016 /Provincia de Santa Cruz)
No cabe duda, la política del Macrismo se impone objetivamente sobre Santa Cruz. Más allá del discurso anti Kirchnerista o contra el Frente para la Victoria, la ciudadanía, sufre el impacto y el castigo de vivir en Santa Cruz. Inflación, desocupación abierta, crisis de los Estados municipales, una percepción social de baja presencia del Estado Provincial en las localidades, constituyen las imágenes que comparten los vecinos en los diálogos de café y entre la clase política.
En el plano nacional la lectura Provinciana ha visto con resignación como el aparato mediático oficial reanimó en la primera mitad de marzo la ´grieta´, a la vez que proyectaba levantar la imagen en declive de “Macri”. Esto lo hacía en medio de una explícita política cultural de buscar cambiar el sentido y los actores que hasta ahora eran representativos del día de la memoria. Obama en pleno Día de la Memoria dio cátedra de posneoliberalismo a los jóvenes argentinos y también ocultó la responsabilidad de EE UU en el genocidio organizado desde el Estado.
La embestida posneoliberal del Macrismo es a nivel macroeconómico, política, cultural y judicial: la pobreza y la indigencia debe existir como condición de ser ciudadano. No sorprende entonces, que cada vez queden menos Kirchneristas defendiendo aquí en Santa Cruz a la figura de la ex presidenta; en el resto del país la batalla del Kirchenirsmo sigue en plena resistencia pacífica. En Santa Cruz varios ex funcionarios y políticos en silencio niegan las mieles que supieron disfrutar y la manera en que transformaron a los ciudadanos en “rehenes” del Estado y de los votos.
El Santa Cruz Político sigue dando contenido mediático en nombre de la transparencia ante los medios hegemónicos. Intendentes y Diputados alimentan la opinión pública que legitima el fin de la corrupción y que hoy expone los propios antecedentes de Macri en el caso de los papeles de Panamá. Ahora el cerco de los favores y alianzas en los negocios deberían apuntar a empresarios nacionales y extranjeros que hicieron y hacen negocios con los gobiernos de antes y de ahora. Veremos si la opinión pública avanza en tal sentido o se ´tilda´ solo para un lado.
Pero, más allá de tabicar la corrupción como tema necesario de promover como valor en la democracia, la pobreza y la indigencia se instala como un tema menor de las medidas macroeconómicas y de exclusión sin precedente.
Tal vez el riesgo mayor que puedan están cometiendo los aliados de “Macri” y del Masismo, es que juegan en Santa Cruz al filo hilo de ser considerados los principales “fogoneros” de la caída del FPV y no ser capaces de construir oportunidades de gestión ante el gobierno nacional que los utiliza como voceros. Por ello, si la provincia llegase a quedar sin gobernabilidad, el posicionamiento de lo que queda de ciudadanía debería esperar respuestas rápidas de gestión financiera y económica paralela al triunfo mediático que viene ocurriendo a velocidad astronómica.
En el corazón de la provincia, las principales fuerzas con capacidad de discurso público se limitan a atacar y otras a defender el pasado inmediato (Kirchnerismo) y el presente (Macrismo). Lamentablemente en este juego de posicionamientos, la realidad social que impone en cada localidad, no encuentra respuestas al costo de vida y la economía provincial sigue estancada. Los Masitas, liderados por Blassioto, parecen haber concentrado su atención en Bs. As y Río Gallegos. El microclima de la política ha dejado en la zona norte un descontento entre quienes asumiendo un mismo lineamiento sólo viven la crisis como realidad.
Así las cosas, el gobierno provincial flota entre defender su pertenencia política y distintos intentos de mostrarse proactivo. Su actitud de eliminar todo tipo de subsidio improductivo y que no haga al desarrollo humano, representa una respuesta de Estado racional en el que en definitiva todas las fuerzas políticas parecen estar de acuerdo, al menos, en las declaraciones públicas. A estas medidas le siguen una serie de señales del Estado de intentar dinamizar la economía provincial a través de una Agencia de recaudación provincial, revitalización de las Zonas Francas, acciones de créditos de producción y desarrollo, parecen representar las señales propias, pues el petróleo, la minería metalífera y la proyección recaudatoria en materia de Puertos, son -por ahora- proyecciones, sólo proyecciones.
Mientras este es el escenario de una provincia controvertida, en las principales localidades de la provincia, el clima social de conflictividad se levanta en temperaturas cada vez más incontroladas. Una de las situaciones más delicadas se sufre en Caleta Olivia. El intendente Prades es quien debe surfear entre administrar la realidad del Estado Municipal que se le impone, casi como única agenda de una sociedad que reclama presencia del Estado Provincial y Nacional. Aquí, planes sociales, cooperativas, empleados municipales, las movilizaciones de ATE, Cooperativas, la inexistencia de transporte público, las iniciativas propias defensa del agua de vecinos en contra de la desigualdad del servicio, las usurpaciones de viviendas del Programa “Techo Digno” alimentan el compromiso mediático cómo única agenda de la opinión pública.
En la lectura superficial se reclama equilibrar el déficit estatal mediante ayuda del gobierno nacional y suba de tarifarias. Como si estas medidas no tocaran el bolsillo de los ciudadanos se proponen como medidas superadoras. Esta es la consigna en que todas las fuerzas políticas parecen estar de acuerdo, sin embargo, entre el entrecruzamiento mediático entre el Ministro Frigeiro respecto a supuestos plazos fijos y el discurso oficial de provincia quebrada, no hay ningún papel que documente ninguna de las dos tesis, Por ahora son sólo declaraciones.
Ante estos escenarios locales, que por demás no son privativo de Caleta Olivia, el ciclo de presión de los funcionarios provinciales y municipales hacia la minería y las distintas actividades extractivas como el petróleo y la pesca también forma parte de las declaraciones mediáticas. En materia petrolera, no se ha experimentado avance alguno. Las políticas son declaraciones públicas de pedir mayor responsabilidad a las operadoras, mientras que para con la industria pesquera la presión es mayor presión fiscal si quieren seguir usando los Puertos deteriorados de Santa Cruz.
Por Ignacio Guillotín para Observador Central