La tesis central de esta nota sostiene que la crisis sistémica de la Provincia de Santa Cruz (Económica e Institucional) es producto de un problema de ciudadanía. Esta ausencia no atañe sólo al partido político gobernante, sino que alcanza al conjunto de las fuerzas políticas que siguen en el ´solipsismo´ y mirando las estructuras de partidos tradicionales como los espacios políticos convocantes para las coyunturas electorales.
(Año 3 / Edición Nro. 86/ 13 de Marzo de 2017 / Provincia de Santa Cruz)
La ausencia de una ciudadanía que se responsabilice de su historia producto de un esclarecimiento ideológico de su propia realidad sólo podría provenir de una formación cívica que en parte se adquiere en la escuela, y ésta ya viene debilitando cuando menos tres generaciones en la Provincia. La crisis de las políticas educativas es precisamente una de las políticas públicas que se hacen elásticas en la medida que la racionalidad del sistema funciona de manera inversa a la realidad de cualquier Estado. Esta la conduce el sindicato y no el Estado. Los argumentos son legítimos, pero las consecuencias son reales: Sindicato y Estado no construyen ciudadanos.
La otra política pública que tiene ya una larga trayectoria, se evidencia en una lectura de sentido común de una política económica y productiva que se sustenta en un presente como desafío del futuro. La escena de la desocupación abierta y encubierta como problemas del presente y que convoca a gremios y desocupados a sumarse a las coyunturas electorales como promesa de inclusión al mercado laboral, se refleja en piquetes donde están esas generaciones de ciudadanos excluidos de la educación formal y de capacidades en una economía del subsidio que prevalece ante el piso y el techo que revelan las declaraciones de las políticas de Estado. El estado no puede regular, ni distribuir en una Provincia que en los últimos 50 años no logró mínimos niveles de industrialización; esta no existe más que como promesa, acaso un nuevo Plan de Desarrollo Patagónico o su correlato de Santa Cruz, pretenderán intentar instalarse en la retina de la forma de ser ciudadanos para ser convocados desde un gobierno nacional o provincial a identificarse con el productor simbólico de convocatoria a ciudadanos desinformados y descalificados en muchas de las competencias mínimas para desempeñarse en un mundo global que nos victimiza solo “como patio trasero” y no como productores de competencias calificadas.
El Estado Provincial invitó por decreto hace un año, a no seguir haciendo crecer las plantas de los Estados Municipales; hoy la propia Gobernadora de la Provincia ha tenido que reconocer en la apertura de sesiones ordinarias del año 2017 que la mayoría de los Estados Municipales incorporaron personal en el año 2016. Es decir, que la realidad de las comunas violó el Decreto y las formas de integrarse socialmente al consumo se impusieron desde el modelo dominante creado por el propio Estado Provincial.
Es tal la ausencia de ciudadanos que éstos no logran hacer valer sus derechos humanos en el propio sistema de salud. Este resulta al igual que la educación y el trabajo en permanente crisis de sustentabilidad, debiendo el propio Estado celebrar el Programa UNIRSE que retira recursos del sector productivo minero para afrontar políticas públicas compensatorias en nombre del desarrollo social.
En consecuencia, todo indicaría que al igual que el Macrismo a nivel nacional considera que el sacrificio lo deben hacer los “otros”; en Santa Cruz la convocatoria al sacrificio lo deben hacer los santacruceños. La provincia que describió la Dra. Alicia Kirchner y a la ciudadanía interpelada como pueblo le pide sacrificios “quiero que el pueblo vaya entendiendo los problemas de Santa Cruz” reconociendo esta simple oración la calidad de la ciudadanía que convoca para informarles que la crisis no es de su gestión. Claro, la crisis que referencia la gobernadora, señala a quién mediante Ley de Lemas le permitió llegar a ser Jefa de Gobierno Provincial. Ese es el ex gobernador Daniel Peralta que legalizó su condición de Madataria mediante la Ley de Lemas; él es quien ahora intenta presentarse como renovación de la política, negándola, para impulsar su candidatura a Senador de la Nación.
Bajo estas premisas alguien le sugirió a la Gobernadora que convoque en el inicio de sesiones a un «Acuerdo Social Santacruceño». En esta metáfora de la democracia en pleno año de elecciones intermedias, omitieron señalarle que para convocar a un Acuerdo Social, éste debería ser primero legitimado por las distintas fuerzas políticas y las propias fuerzas del sector político de pertenencia. Estas dos condiciones básicas no están ni hacia adentro, ni hacia afuera.
Ahora todo es una cuestión de tiempo. La elasticidad seguirá marcando la trayectoria de la institucionalidad y la vida económica de Santa Cruz. Esta a su vez, seguramente se reflejará en la cultura del piquete, en la conflictividad gremial y en los discursos de campaña 2017.
En todo este escenario, las fuerzas políticas opositoras tampoco resultan muy creativas, el oleaje del Macrismo solo llenó de nuevos empleados públicos en las delegaciones provinciales, de la nación y la militancia se congeló. A la vez, Eduardo Costa pareciera no advertir que con el radicalismo no alcanza como estructura de partido y que se le juntará el tiempo de campaña 2017 con una agenda social de promesas incumplidas del Gobierno Nacional que él se esfuerza por representar en términos de un personalismo que no le agrada al Radicalismo de Santa Cruz y quienes quisieron cambiar.
En consecuencia, todo indica que en la arena del “puerta a puerta” no le alcanzará ni al Empresario político, ni a los que buscan restarle votos desde el Frente Renovador. Ambos sectores que pujarán por alcanzar escaños en el Congreso de la Nación deberán lidiar con su propio discurso que reclama paz social a la vez que se sigue justificando en los problemas como herencia del pasado.
Ambos contendientes deberán lidiar también con una forma de ser ciudadanos que se le “reprende” desde el Frente para la Victoria como responsable de la realidad y se les convoca para la defensa de no perder lo conquistado: SU PROPIA SOGA DE AHORCADO EN “UN ESTADO ELÁSTICO”.
Por Ignacio Guillotín para Observador Central