Entre las experiencias compartidas que nos ha dejado el evento Emprender Chubut 2015, realizado los días 5 y 6 de junio en las ciudades de Comodoro Rivadavia y Rada Tilly, se encuentra la de Clarisa Perullini, co-fundadora de MAGGACUP, la primera empresa que ha fabricado en nuestro país una copa de silicona que no solo propone una alternativa saludable para la higiene menstrual de la mujer, sino que nos conduce a repensar y valorar la feminidad, la importancia del ciclo de la vida y el cuidado del medio ambiente.
(Año 1/Edición Nro. 50/ 15 de Junio de 2015/ Provincia de Chubut). De profesión psicóloga, docente e investigadora Clarisa Perullini, co-fundadora de Maggacup, fue la primera en exponer y en compartir su experiencia emprendedora luego de la conferencia de apertura que daría inicio a la jornada del sexto Emprender Chubut 2015.
Comenzando con un recorrido histórico del origen de la copa de silicona, la misma se propone como alternativa a los productos convencionales para la higiene menstrual a la vez como una excusa maravillosa para abordar diversas problemáticas de desinformación sobre el cuidado del cuerpo y de la salud de la mujer. Situación que alcanza a diversos sectores de la sociedad y que se profundiza en aquellos que presentan mayores grados de vulnerabilidad social. Es en estos sectores que, según su experiencia personal y profesional, se evidenciaba una alta negligencia en cuanto a los controles peripostnatales, en cuanto a los cuidados que requiere vivenciar una situación de discapacidad, etc.
En sus propias palabras, “negligencia que tenía que ver en parte con el sistema de salud y el sistema educativo, pero mucho más tenía que ver con la fragmentación y quiebre que tenemos las mujeres en relación a nuestro cuerpo”, los cuales conducen a una invisibilizacion del cuidado íntimo de la mujer, que repercute en su salud y en la gestión digna de esta como un derecho fundamental que todos debemos promover y empoderar.
Dirigiéndose al público presente, expresa “¿Qué tiene que ver la copa con todo esto?”; sostiene que este producto tiene un gran impacto social. Ya que, en primer lugar, aún hay mujeres que no pueden acceder a los recursos básicos e indispensables para una gestión digna de su menstruación, que va más allá de los cuatro o cinco días que puede durar el periodo; tiene que ver con un ciclo y, más precisamente, con el ciclo de la vida, con una forma natural y dinámica de estar en nuestro propio cuerpo, menciona.
En segundo lugar, se vincula con la cuestión reproductiva y la sostenibilidad de la salud sexual que no solo es femenina, sino que involucra a ambos géneros. Porque se trata de la sangre de la vida, de dónde venimos todos, tanto hombres como mujeres. De este modo, y haciendo referencia a las distintas problemáticas de violencia de género de nuestra sociedad, menciona que una de las hipótesis que se asocia a ellas, es la exclusión; la exclusión de no hablar de ciertos temas, porque dan “asco”, “vergüenza”, “risa”, la exclusión del hombre del ciclo de la vida y que lo conducen, por ende, a este a situarse en el ciclo de la muerte.
En tercer lugar, este producto es una alternativa para empezar a concientizar sobre la importancia del ciclo menstrual, ligado directamente con la promoción de la salud y la conservación del planeta. Ya que los productos convencionales que se utilizan para gestionar la menstruación, no solo tienen muchas contraindicaciones para la salud de la mujer y para quienes los fabrican sino que también, expresa Clarisa Perullini, las mujeres tiramos 130.000 toneladas de desechos menstruales que no se biodegradan. Además, “los productos convencionales salen del desmonte de bosques nativos. Específicamente en Misiones se está desmontando y matando toda la diversidad de poblaciones que viven ahí para plantar un cultivo del cual sale una pasta fluff, la cual es el 60% de los tampones, de los pañales y las toallitas”, agrega.
¿Qué es Maggacup? Cómo y por qué usarla.
Maggacup es una copa de silicona, hipoalergénica, que se coloca en la vagina de forma simple y práctica durante la menstruación y que tiene la finalidad de recolectar la sangre que se elimina durante dicho periodo; donde, a diferencia de los productos convencionales, en vez de absorberla, la recolecta y puede contenerla hasta por doce horas sin inconvenientes. Esta debe colocarse en la parte baja de la vagina, y se adapta fácilmente a sus paredes sin ocasionar ningún tipo de perdidas.
Sus beneficios son múltiples. No solo es práctica, sino que también puede ser utilizada por casi todas las mujeres. Con ella puede realizarse cualquier tipo de actividades y hasta dormir. A diferencia de los tampones y las toallitas es mucho más económica, ya que su costo es de $450 y dura un mínimo de 5 años y “si la cuidas, puede durar hasta toda la vida”, expresa Clarisa, debido a que es reutilizable
Totalmente higiénica, tiene un gran impacto ambiental positivo; ya que según, su co-fundadora, por cada una de ellas que se vende Maggacup dona el valor de un metro cuadrado de tierra a la ONG “Banco de Bosques”, con la finalidad de comprarlas, preservarlas y convertirlas en un Parque Nacional. En este sentido, expresa “en un año y medio de tener el producto ya llevamos 60.000 millones de toneladas de basura evitada con unas 12.000 usuarias y 10.000 metros cuadrados de bosque nativo preservado. Dos marcadores de impacto muy grande.”
Emprender, más que un desafío
Durante toda su exposición Clarisa Perullini nos ha transmitido su pasión por lo que hace. Por el desafío no solo económico, sino personal y profesional que implica concretar una idea, un sueño, y ponerlo en marcha. Porque, como decíamos en nuestra edición anterior, emprender es mucho más que llevar adelante una unidad de negocio.
En un emprendimiento se conjugan nuestros sueños, nuestros deseos, y por qué no, el reencontrarnos con uno mismo. Es más que buscar la rentabilidad a través de un producto; es, como en el caso de MAGGACUP, buscar una respuesta social y medioambiental, tener un mayor compromiso con lo colectivo, con la desnaturalización del sentido común sobre determinados temas, y por crecer cada día un poquito más en beneficio de nuestra sociedad, y por qué no, de “poner luz en la luz”, como expresa Clarisa Perullini.
Por Nerea Tinedo para Observador Central.