Año 7 / Edición XLIV / Argentina / 25-10-2021 / ISSN 2422-7226
Por Carolina Vita para el Observador Central
Perderse para encontrarse, es una frase que escuchamos seguido y con la cuál inicia el viaje de Pablo, un arquitecto que huye de sus problemas citadinos y de sí mismo, para caer en las calles de Pozonegro, un pueblo olvidado o para olvidar.
Rosa Montero es una escritora y periodista española, que con su libro La Buena Suerte (2020) fue galardonada con el Premio Nacional de las Letras Españolas, sin dudas una de las más reconocidas y vendidas en lengua hispana en el mundo, posee una gran lista de premios y reconocimientos e incluso una adaptación de su libro La hija del Caníbal a la gran pantalla.
Esta novela nos presenta a un hombre que baja precipitadamente de un tren dejando sus reuniones y su pasado atrás, algo con lo que muchos hemos fantaseado, encontrándose en un pueblo irónicamente llamado Pozonegro en donde adquiere un departamento andrajoso frente a la estación, y donde “La perdición parece estar más próxima cada día”.
De a poco vamos descubriendo otros personajes que van a acompañar a Pablo en esta parada de escape y autodescubrimiento. Raluca, su vecina, que a pesar de su pasado oscuro logra con su amor, locura y carisma que tanto la caracterizan crear estos matices de luz y de esperanza contagiosos. Otro de sus vecinos, Felipe, un señor mayor que tras tantos años, y a pesar de su salud, trae consigo la sabiduría que comparte en las situaciones que nuestros personajes más lo necesitan.
La autora logra captar a través de personajes tan completos la esencia de la vida con sus matices, los blancos y los negros, la buena suerte de unos y la mala suerte de otros, el paso del tiempo que se hace sentir cada vez que pasa el tren y sacude el departamento vacío de Pablo, que a medida que avanza la relación con sus vecinos y que comienza a interiorizarse en el pueblo, este comienza a llenarse de muebles y recuerdos.
La novela es intrigante, un hombre sin nombre pero preocupado, una vecina entrometida, un agente inmobiliario vengativo, un hijo criminal, una socia nerviosa, todos ellos con problemas reales: violencia, abandono, abusos, estafas y codicia. Muchas preguntas y pocas respuestas que son las que mantienen la atención del lector durante todas sus páginas narradas por la vista de todos los personajes que la componen, por eso creo que una vez cerrado el libro te queda ese sentimiento de nostalgia al tener que despedirlos.
¿Qué es la suerte? ¿A qué consideramos tener suerte? Muchas veces el fracaso, las tristezas, los fallos y los miedos nos llevan a lugares que ni nos imaginamos, como en este caso a un pueblo abandonado donde sus habitantes estaban condenados al olvido. Muchas veces caer en un pozo negro resulta un empuje hacia arriba, como dice Rosa Montero en la novela “Ahora comprendo que la vida es como un mar y nosotros barquitos. Subimos y bajamos con las olas y a veces hay tormentas espantosas” y creo que Pablo no solo logró encontrar el perdón en sí mismo, sino también lograron ayudarse entre amigos a que cada uno le haga frente a sus propias tormentas para poder disfrutar juntos el arcoíris después de la lluvia.